Lo que empezó como un dolor en el cuello y una leve hinchazón terminó convirtiéndose en una de las noticias más duras de su vida. Kyle Kennedy, un joven de 23 años de Liverpool, Inglaterra, fue diagnosticado con cáncer en etapa 4, luego de que varios médicos le aseguraran que solo tenía las glándulas inflamadas y que bastaba con tomar acetaminofén.
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Según People en Español, Kyle Kennedy comenzó a sentir molestias en el cuello en agosto pasado. Los médicos inicialmente le dijeron que no se preocupara, que se trataba de algo leve, y le recetaron paracetamol para el dolor. Sin embargo, las semanas pasaron y su condición empeoró: el joven comenzó a sufrir sudores nocturnos y notó que su cuello estaba cada vez más inflamado.
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Su hermana, Kelsey Thomas, contó al medio Liverpool Echo, que la situación se volvió alarmante cuando una mañana Kyle amaneció con el rostro completamente hinchado, pero igual decidió ir a trabajar. Su jefe, al verlo, lo mandó de regreso a casa y le insistió en que buscara atención médica de inmediato.
En su segunda visita al médico, le dijeron que podía ser paperas o glándulas bloqueadas, por lo que le recetaron antibióticos. Sin embargo, nada mejoró. Fue entonces cuando acudió al Royal Hospital Liverpool, donde los especialistas le hicieron una tomografía computarizada de emergencia.
El resultado fue devastador: los exámenes revelaron un gran tumor en el pecho, que ya se había extendido a su intestino y amígdalas. Dos semanas después recibió la confirmación de su diagnóstico: linfoma B difuso de células grandes en etapa 4, un tipo de cáncer agresivo que afecta los glóbulos blancos y puede formar tumores en distintas partes del cuerpo.
“Hay una diferencia de 12 años entre Kyle y yo. Yo tenía 12 cuando mi mamá lo tuvo, y básicamente ayudé a criarlo. Estamos muy unidos”, dijo su hermana Kelsey, visiblemente conmovida.
Actualmente, el joven se encuentra recibiendo tratamiento de quimioterapia en el Clatterbridge Cancer Centre, donde deberá completar seis meses de terapia. Ya ha terminado dos rondas y, según su familia, mantiene una actitud positiva.
“La primera quimioterapia lo dejó en cama una semana, con mucho cansancio y náuseas, pero esta vez solo estuvo en cama un par de días. Es como si tuviera una fuerza interior, quiere enfrentarlo de frente”, contó la joven.
Sus amigos organizaron una campaña en GoFundMe para apoyarlo económicamente durante el tratamiento. En la página explican que el dinero recaudado servirá para ayudarlo con la nutrición, terapias adicionales y gastos médicos, además de crear conciencia sobre el linfoma en los jóvenes.
“Tiene un gran desafío por delante con la quimioterapia e inmunoterapia. Queremos ayudarlo en su recuperación y acompañarlo en este proceso”, escribieron en la plataforma.


