La revelación de problemas en las pulseras telemáticas utilizadas en España para vigilar a agresores de violencia de género generó una fuerte controversia política y social, según dio a conocer AFP este martes 23 de septiembre.
Estos dispositivos, que alertan a las víctimas cuando sus exparejas incumplen las órdenes de alejamiento, registraron fallos técnicos tras la migración de datos por un cambio de proveedor, según la memoria anual de la Fiscalía General del Estado.
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La Fiscalía reconoció que estas anomalías incrementaron la alarma entre las víctimas y provocaron una serie de sobreseimientos provisionales y absoluciones. No obstante, en un comunicado posterior aclaró que se trató de “problemas puntuales” que quedaron solucionados a finales de 2024, y que en ningún caso se vieron comprometidos los procedimientos relacionados con delitos de violencia de género.
El gobierno español intentó calmar las críticas. La portavoz, Pilar Alegría, aseguró este martes que “las mujeres estuvieron protegidas y están seguras antes, durante y después”. Admitió, sin embargo, que entre junio y noviembre de 2024 se registraron anomalías durante el proceso de migración tecnológica, aunque recalcó que “la tecnología no es infalible”.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, también salió en defensa del sistema, insistiendo en que “puede haber incidencias, pero de ahí a decir que estas incidencias ponen en peligro a las mujeres, no por favor, porque es absoluta y radicalmente falso”. Además, adelantó que en los próximos meses se abrirá una nueva licitación para reforzar el servicio.
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Las explicaciones no convencieron a la oposición, que aumentó la presión sobre el Ejecutivo. Alicia García, portavoz del conservador Partido Popular en el Senado, acusó directamente a Redondo de mentir y calificó la gestión como “una negligencia criminal”. Desde filas opositoras incluso reclaman su dimisión.
El presidente Pedro Sánchez, que desde su llegada al poder en 2018 ha colocado el feminismo como eje central de sus políticas, enfrenta ahora un nuevo frente de críticas en un país que hace dos décadas aprobó una de las leyes pioneras en Europa contra la violencia machista.
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*Esta noticia fue redactada con ayuda de la Inteligencia Artificial, pero el texto revisado por un editor humano.