La cantidad de adolescentes que llegan al Hospital Psiquiátrico por presentar trastornos mentales y de conducta debido al consumo de drogas espanta a las autoridades.

Dicho centro médico tuvo que modificar el modelo de atención en estos casos y ahora aplicará nuevas terapias, además de intervenciones individuales, familiares y comunitarias.

Según explicaron las autoridades médicas, la mayoría de casos se presenta por el consumo de marihuana, alcohol, cocaína y sustancias psicoactivas.

Roberto Cervantes, gerente general de la CCSS, aseguró que debieron aplicar una respuesta institucional a un problema que está creciendo.

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La doctora Lilia Uribe, directora de ese hospital especializado, destacó que el país no puede ser tolerante ante el consumo de drogas por las consecuencias que eso genera como actos de violencia, suicidio, tentativas y accidentes de tránsito.

La Policía ha caído en los últimos meses a clausurar fiestas llenas de menores de edad donde abundan los hongos, la marihuana y el alcohol y donde se denuncian casos de abusos.

Más espacio y especialistas

El nuevo modelo de atención se fortalecerá con una nueva infraestructura que duplica el espacio, cubículos más amplios, salones individuales para terapias y dos camas más. Eso garantiza privacidad, seguridad y tranquilidad necesarias para la recuperación.

Además cuenta con la permanencia de una especialista en psiquiatría que estará a cargo de coordinar la forma de atención tanto dentro del hospital como en visitas.

Desde 2006, el Hospital Nacional Psiquiátrico cuenta con el programa Nuevos Horizontes para la atención de menores de edad. Ese programa promueve procesos de rehabilitación en estos casos.

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Este programa ha ofrecido servicios integrales para la atención de menores que han visto alterada su salud mental o emocional por factores asociados al consumo de drogas. Esos servicios comprenden el manejo de límites, el ámbito social y la motivación al cambio, sin dejar de lado el desarrollo de destrezas para el manejo del tiempo de ocio.

Asimismo se le meterá más candela a estos dos aspectos:

La familia, la cual se abordará por parte del equipo tratante del menor y será apoyada para que difundan la información obtenida, la cual va enfocada en la prevención de consumo de drogas.

La atención en el internamiento: el joven tendrá diferentes espacios de abordaje terapéutico (espacios para el arte, diferentes formas de actividad física) y se integrará al concepto de comunidad con el objetivo de que se vuelvan a estudiar, a trabajar y tengan una vida social activa.