Este 2019 empezó gacho para 10 de cada 100 ticos que recibieron el año nuevo sin un trabajo.

La alarmante cifra es de la última Encuesta Continua de Empleo (ECE) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), donde se detalló que de los 242.000 desempleados que hay en el país, 124.000 son hombres y 118.000 mujeres.

Ellos fueron los que más sumaron a estas estadísticas, en el tercer trimestre del 2017 era del 7,5% y pasó a 8,5% en el 2018, en el caso de las mujeres no hubo cambio pues 12 de cada 100 siguen sin brete.

Pero no todo está perdido, para meterle el hombro le tenemos una serie de recomendaciones que debe seguir para aumentar sus oportunidades frente a otros pulseadores que están en la misma situación.

Milena Sotela, coordinadora de extensión y talento humano de la universidad Hispanoamericana explica que la forma en la que las empresas ven las hojas de vida cambió y, es necesario que se actualice para que no pierda oportunidades.

Redes sociales

Antes de montar su hoja de vida debe revisar sus redes sociales, esta herramienta que muchos descuidan podría ser la responsable de que su currículum no pase de la recepción.

En su perfil de Facebook, una empresa puede conocer su reputación digital. “El noventa y tres por ciento de los reclutadores a nivel mundial no ven el currículum sino el Internet. Buscan saber qué escribo en redes sociales, qué lenguaje uso, si hay mucha foto mía en fiesta y consumiendo alcohol o drogas”, explicó Sotela.

Publicar solo cosas “buenas” tampoco es conveniente, según la experta, en una revisión de dos minutos se puede saber si la persona es engreída, insegura o conflictiva, de esta forma las empresas se “ahorran” la molestia de entrevistar a personas que no calzan en el perfil que buscan.

Por eso lo primero que debe hacer es revisar qué fotos tiene, sus publicaciones y comentarios, porque si estos incitan al acoso o la violencia, sus papeles irán directo al basurero.

Dime con quién andas y te diré quién eres... Otra cosa que hay que revisar en estos perfiles es la lista de contactos, sus amigos o conexiones dirán mucho sobre las relaciones que tiene la persona en su vida profesional, esto aplica para cualquier puesto de trabajo.

“Si una ama de casa está buscando una empleada doméstica, no va a contratar a alguien que no le inspire confianza porque en sus redes sociales sale en las fotos con todo el pecho al viento o con personas que parecen criminales”, dijo la experta.

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Habilidades blandas

Un profesional desarrolla dos tipos de habilidades, las duras que se refiere a conocimientos como inglés, computación y lo académico, lo que necesita saber para hacer su trabajo, sin embargo, las que tienen habilidades blandas ganan puntos extra.

El término se refiere a personas que además de los conocimientos propios de una profesión saben trabajar la inteligencia emocional, las habilidades sociales y los valores.

“Ya no se le pide a la gente que diga cuáles son sus fortalezas y debilidades, en la entrevista con una escucha activa se puede saber si la persona puede ser un líder, es seguro, sabe escuchar, empatía y otros rasgos que son necesarios para desempeñar diferentes puestos de trabajo".

“Se busca que haya un parámetro psicológico medio, si el trabajador no tiene empatía, por ejemplo, no se pondrá en el zapato de sus colaboradores, pero si tiene demasiada perjudicará a la empresa porque las decisiones que tome no serán las más efectivas para la compañía”, dijo.

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El Currículum

Ya no es necesario describir su vida entera a la hora de redactar su currículum, la Reforma Procesal Laboral acortó la información personal a tres líneas: su nombre, correo electrónico y teléfono. Todos los demás elementos se pueden prestar para que lo discriminen y la nueva ley busca protegerlo de eso.

Este documento no debe tomar más de página y media, debe indicar su escuela si ese es el único título que tiene, de lo contrario puede empezar con su lista de estudios desde el colegio.

Si tiene cursos o seminarios de actualización los puede poner en una línea como “participación de seminarios técnicos” y ampliarlo en la entrevista si se lo piden.

Si lo hace en una página web especializada para contratación recuerde incluir palabras claves que lo mantengan en la búsqueda, por ejemplo, si quiere un trabajo de oficina escriba: oficinista, secretaria, asistente y recepcionista, de esta forma el sistema lo incluirá en diferentes búsquedas.

Debe hacer un currículum personalizado para cada uno de estos puestos, ya no se acostumbra entregar el mismo para todo. Si va a para una empresa en dónde se trabaja en inglés, no le ayudará entregarlo en español.

Si incluye logros que estos sean relevantes y comprobables, por ejemplo, si usted logró mejorar el sistema de la empresa su antiguo jefe debería poder respaldarlo.

Cuide su redacción y ortografía, si comete errores da la impresión de que es una persona descuidada y no pone atención a su trabajo.

Evite las recomendaciones personales porque si “esconde” a sus antiguos jefes dará la impresión de que algo malo está ocultando. Aunque su antiguo jefe ya no trabaje para la misma empresa, igual lo puede poner porque solo alguien que trabajó con usted podrá decir cómo es usted breteando.

A menos de que usted sea un creativo o diseñador gráfico, evite incluir diseños, colores y dibujos, mantenga la seriedad del documento.

La entrevista

Si lo llaman a una entrevista póngase a hacer la tarea, visite el sitio web de la empresa, infórmese qué hace, qué logros tiene y cómo es la gente que trabaja ahí.

La ropa debe ser formal, sin embargo, no está demás echar un ojo a la forma en la que se visten los empleados y valorar el tipo de trabajo que se hace.

“Una vez tuve un ingeniero que llegó como muñeco de queque y la empresa no lo contrató porque pensó que alguien que iba tan formal no se iba a apuntar al trabajo de campo”, explicó Sotela.

Cuide su actitud, conteste de manera segura y respetuosa, concéntrese en la entrevista porque si le tienen que repetir las preguntas no espere que lo llamen a trabajar.

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