Bryan Hernández tenía 10 meses trabajando en un restaurante, pero el sábado pasado fue despedido por la emergencia que vive el país a causa del coronavirus.
Él es soltero y vive con sus padres, a quienes ayuda con los gastos de la casa, ya que su papá está pensionado por invalidez y no puede trabajar.
Hernández, de 30 años, era cocinero en un negocio ubicado en Multiplaza del Este y sus dueños tomaron la decisión de disminuir al personal, debido a las bajas ventas.
"Una semana antes del despido empezamos a ver que llegaban menos clientes. Mi horario era de 7 de la noche a 1 de la mañana y a veces terminábamos antes por la poca llegada de clientes.
“En la semana del 16 de marzo tuve unos 3 días libres y el jueves 19 nos dijeron que a algunos colaboradores se les iba a suspender el contrato. Pero el sábado 21 nos convocaron de urgencia para oficializar el despido de algunos de nosotros”, manifestó.
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“Por las medidas del Gobierno la gente se está quedando en sus casas y es lógico que no salgan a comer”, comentó resignado Bryan, quien prefirió que no pusiéramos su foto.
Un buen ambiente
Bryan ya tiene su carta de despido para tramitar el retiro del Fondo de Capitalización Laboral y sus patronos le prometieron darle en esta semana el salario y una parte de la liquidación. Además, se les dijo a él y a sus excompañeros que los podrían recontratar apenas se resuelva la situación.
“Por un lado, no tengo problema porque sé que hay compañeros que necesitan más el trabajo que yo.
"Pero por el otro me angustia que esta situación se extienda más tiempo de la cuenta, porque temo que mis jefes no puedan recontratarme por la situación y que uno no pueda encontrar otro empleo”, destacó.
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Este vecino de Montes de Oca aprovecha el tiempo para estudiar, pues quiere terminar el bachillerato.
“Estudio a distancia y por todo esto también se suspendieron las pruebas. Poco a poco lo voy logrando, porque mi mamá también está sacando el bachillerato. Creo que haremos los exámenes hasta en octubre”, comentó.
Una de las cosas que más lamenta Bryan es el hecho de tener que irse de un lugar donde hay un excelente ambiente laboral.
"Sé que es una situación atípica, porque no es culpa de los dueños de los negocios. Más allá de quedarse sin trabajo, es perder la oportunidad de trabajar en un lugar con buenas personas, buenos jefes, comprensivos.
“Espero que esto pase pronto, extrañamos el hecho de salir de nuestras casas, de ver a los amigos, de hacer tantas cosas que ahora añoramos. Y ojalá que sea corto porque el país necesita recuperarse, la gente necesita trabajar””, finalizó.