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¡Cuidado! Los papás de niños que se comen las uñas necesitan saber esto

El mal hábito de comerse las uñas podría ser más peligroso de lo que usted cree

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Comerse las uñas es un hábito bastante común entre los pequeños y podría ser más peligroso de lo que cree.

Muchos niños empiezan desde edades tempranas a morderse las uñas, sin saber que eso les puede causar daños en la salud.

La doctora Melissa Rojas, especialista en salud dental en niños, dice que el hábito de morderse las uñas se conoce como onicofagia, y fue clara en que no solo es malo desde una perspectiva estética, sino también por sus impactos negativos en la salud dental.

Se ha estudiado que el acto de morderse las uñas puede tener consecuencias desde fracturas dentales hasta infecciones que afectan la salud en general. También puede favorecer la acumulación de placa, propiciando gingivitis por placa bacteriana y caries a largo plazo.

También puede contribuir al desarrollo de maloclusiones, que es la mala alineación de los dientes y la mandíbula. Al ser un movimiento repetitivo puede desarrollarse un problema que requiere tratamiento en ortodoncia a futuro.

“Las uñas son un espacio de acumulación para bacterias y gérmenes. Cuando los niños se muerden las uñas, estos gérmenes son ingeridos y se acumulan en los dientes y la boca. Esta acumulación puede dar lugar a infecciones orales dolorosas, como la gingivitis y la caries dental, la amigdalitis o infecciones gastrointestinales, afectando no solo la salud bucal, sino también el aliento”, explica la Dra. Rojas.

A partir del lunes 22 de enero y hasta el viernes 26 de este 2024, la Facultad de Odontología de la Universidad de Costa Rica (UCR) abre sus puertas para valorar a todas las personas interesadas en recibir algún tratamiento dental.

¿Cómo tratarlo?

Comprender las causas que causan el mal hábito es fundamental para tratarlo, puede estar relacionado con el estrés, la ansiedad o simplemente ser un comportamiento aprendido.

Tener una conversación abierta y comprensiva con el niño es fundamental. Averiguar cómo se siente y qué desencadena el hábito puede ayudar a abordar el problema desde su raíz, brindando apoyo emocional, o bien, ofrecer alternativas saludables para liberar la tensión, como juguetes para masticar o pelotas antiestrés, puede redirigir el impulso de morderse las uñas hacia opciones menos perjudiciales.

El abordaje profesional puede contribuir de manera positiva al abandono del hábito y el enganche a estrategias para el tratamiento del mismo. Se pueden utilizar refuerzos positivos para incentivar al niño.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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