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Él se burlaba de los que iban a misa y hoy es pieza muy importante de parroquia en Alajuelita

Alexander Fernández tiene 53 años y cuando era un muchacho se burlaba de la gente que iba a la iglesia.

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Alexander Fernández, de 53 años se reencontró con Cristo, luego de burlarse de quienes iban a misa, cuando él era un muchachito.

No cabe dudas de que la vida da muchas vueltas, pues quién diría que el coordinador de un grupo de jóvenes de una parroquia en Alajuelita, años atrás se burlaba de quienes iban a misa y decía que habían cosas más importantes que orar y creer en Dios.

Así es, Alexander Fernández, líder del grupo de Apóstoles de Cristo y María de la Parroquia Inmaculada Concepción, en Alajuelita, cuando era un muchachito entró en un estado de rebeldía, en el que hizo al Señor a un lado y fue una enfermedad que sufrió su padre, lo que lo hizo volver su mirada a Dios, doblar rodillas y ganar lo que perdió durante casi 10 años.

Fernández tiene a su cargo velar que las actividades de esta parroquia salgan de la mejor manera. Se encarga de organizar las procesiones, de que los distintos personajes vayan vestidos acorde a la época y actúen de la mejor manera, para que sus presentaciones sean dignas de un premio Óscar.

Rebeldía

En la casa de Alexander profesan la religión católica. Su mamá lo llevaba a misa y participaba en un grupo que se llama “Renovación católica”, pero con el tiempo, el formar parte del grupo no lo llenaba como creyente.

“Nos veíamos una vez a la semana, hacíamos oración, es un grupo muy alegre, pero en ese entonces, no había un enfoque para jóvenes, iban puros adultos mayores y en ese momento necesitaba otra motivación.

“Cuando tenía 17 años comencé a buscar cosas indebidas, nunca tomé ni fumé, pero lastimé a gente muy buena, no terminé el colegio, me salí cuando estaba en noveno y comencé a trabajar. Eso me hizo juntarme con las personas que no eran las correctas”, recordó.

Alexander Fernández, de 53 años se reencontró con Cristo, luego de burlarse de quienes iban a misa, cuando él era un muchachito.

Alexito, como es llamado entre su comunidad nació en Alajuelita y afirmó que ahí vivirá hasta que muera. Contó que cuando sus amigos le decían que iban para la iglesia se burlaba de ellos y les decía que ahí no está Dios, que habían cosas más importantes.

Así pasó prácticamente 10 años de su vida, hasta que enfrentó un momento que lo cambió todo.

“Estaba soltero, era novio de mi actual esposa, Patricia, pero yo no me quería casar. En ese momento nos dijeron que mi papá tenía leucemia y primero le cuestioné a Dios por qué él tenía esa enfermedad terminal, porque amo a mi papá, no quería que nada le pasara.

“Y todo esto me hizo volver mi mirada a Dios, primero, para exigirle que lo sanara y ese fue el punto de quiebre para retomar mi vida. Se acercaba una Semana Santa y me ofrecí participar de apóstol, pero era a cambio de que mi papá sanara y luego de eso, estuvo conmigo durante tres años más”, añadió.

Fernández dijo que luego de participar como apóstol, se dio cuenta de que había gente que se preocupaba por él, por su familia y detectó que en la iglesia hay gente especial, distinta y comenzó a cambiar la visión de una iglesia que él llamaba tonta, por una que ama a todos.

Alexander Fernández, de 53 años se reencontró con Cristo, luego de burlarse de quienes iban a misa, cuando él era un muchachito.

Renacer

Alexander en ese momento no tenía ni siquiera la noción de lo que pasaría en su vida. Tenía poco de haber vuelto a congregarse, cuando el coordinador del grupo de los apóstoles, don Alfredo Rivera le dijo que veía en él cualidades para ser su sustituto y rápidamente llegó el momento del cambio. Y ya lleva 25 años en este grupo.

“Básicamente pasé de perderlo todo a ganarlo todo. Andaba de mal portado, pero la enfermedad de mi padre me cambió, entendí que Jesús entregó su vida para darme vida eterna y luego de eso me casé y ahora tengo dos hermosas hijas (Raquel y Cristel) y estoy seguro de que si vivieran con el Alexander de antes, mi hogar sería muy infeliz.

“No sé, por qué fui yo el escogido para coordinar el grupo, creo que fue el llamado del Señor y no lo sabía. El grupo lo comencé a coordinar con adultos y se transformó y ahora tengo a unos 35 jóvenes y ahí me tiene el Señor”, destacó.

El grupo de Apóstoles de Cristo y María se reúne todos los viernes, a las 7 de la noche. Allí se habla de un tema, se medita y se comparten experiencias, para que los miembros no “caminen solos”.

Alexander Fernández, de 53 años se reencontró con Cristo, luego de burlarse de quienes iban a misa, cuando él era un muchachito.

“Además de reunirnos y servir en Semana Santa organizamos rifas, bingos, actividades en pro de la parroquia y en diciembre visitamos a las privadas del centro penal Vilma Curling (antes El Buen Pastor), en donde vamos, les hacemos una presentación con el coro y les llevamos tamalitos.

“Yo trabajo allí desde hace 8 años y recuerdo que cuando me llegó un mensaje, en donde se me ofrecía esta plaza no quería ir, me daba miedo, porque nunca había entrado a una cárcel, pero el párroco de ese momento me puso la mano en el hombro y me dijo ‘Semilla en tierra fértil’ y ahí entendí que me estaban llamando”, relató.

¿Cómo trabaja con los jóvenes?

“Les transmito mi experiencia, trato de ser más allá de un coordinador, un amigo y compañero de la fe. Porque en la actualidad, para el mundo, Jesús es un estorbo, el mundo nos quiere dibujar una falsa libertad y la iglesia nos invita a caminar el camino angosto y pedregoso que nos dará el premio ahnelado que es la vida eterna”, destacó.

Alexander Fernández, de 53 años se reencontró con Cristo, luego de burlarse de quienes iban a misa, cuando él era un muchachito.
Yenci Aguilar Arroyo

Yenci Aguilar Arroyo

Redactora de la sección de Nacionales. Trabajó en las secciones de Deportes, Tiempo Libre y tiene experiencia en comunicación institucional. Cuenta con 18 años de experiencia, desarrollada principalmente en el periodismo escrito. Fue designada Periodista del Año del 2023. Trabajó en el Periódico Al Día.

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