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Empujarle la cara en el queque a un cumpleañero puede ser una broma mortal

Las estructuras que tienen los pasteles pueden transformar la fiesta en una tragedia

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Muchos ven gracioso empujarle la cara contra el queque a las personas cuando le cantan cumpleaños, otros lo ven como una broma de mal gusto y hasta irrespetuosa, pero lo cierto es que es una imprudencia que podría causar consecuencias muy graves.

La industria de la pastelería ha evolucionado mucho y por eso ahora la gente busca queques personalizados y temáticos. Con frecuencia encargan pasteles de varios pisos y con figuras, pero todo eso requiere de fabricaciones especiales.

La pastelera Hillary Canet contó que muchos pasteles requieren de un soporte especial y si alguien decide --como la gran gracia-- empujarle la cara al cumpleañero contra ese queque, puede generarle daños severos.

“Cuando los pasteles son muy altos necesitan algo que les dé estabilidad, yo lo que uso son unas pajillas plásticas supergruesas para que no sean algo tan peligroso. Es importante que el queque esté firme para que a la hora de transportarlo no se vaya a desarmar, se separen las capas, o se incline.

“Cuando son pasteles de dos pisos sí tengo que usar pinchos de madera (los que se usan para asar carne), de arriba hasta abajo para que una los pisos, hay personas que usan otro tipo de palitos más gruesos todavía, para dar estructura”, explicó.

Ojo con los niños

Alejandra Porras, otra pastelera, dijo que ella usa unos palitos de cartón para darle soporte a los pasteles, pero cuando el queque es muy alto, no hay de otra, hay que usar pinchos.

“Cuando se usan figuras hechas con fondant, en ellas se usan palillos de dientes y alambres para poder dar forma y sostener. Todo esto es necesario para entregar un pastel bien hecho y bien estructurado, para que esté bonito durante toda la fiesta”, manifestó.

En el caso de las fiestas infantiles, hay que tener mucho cuidado, porque si un niño llega a comerse un muñequito de estos, podría sufrir un gran daño e ir a dar al hospital.

Las dos pasteleras fueron enfáticas en que cada vez que entregan un queque, ellas le explican bien a los clientes que tiene una estructura y que por nada del mundo deben empujar la cabeza de alguien en el pastel. Incluso, Alejandra acostumbra poner una tarjeta en los queques en la que hace la advertencia del peligro de hacer eso.

Grandes riesgos

El médico Jorge Espitaleta, especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva, explica los enormes riesgos de que un objeto entre al organismo y pueda llegar a lesionar el cerebro.

Él dice que es muy poco probable que un pincho de madera o alguna de estas estructuras penetre el cráneo y toque el cerebro con un empujón, pero si el objeto ingresa por un ojo, sí hay un gran riesgo.

“Hay sitios en los que ese hueso que cubre el cerebro es menos fuerte, por ejemplo en el techo del hueso frontal del ojo. Si un pincho entra por ahí puede perfectamente llegar hasta el cerebro y causar daños muy graves. También la parte interna del ojo (la que pega con la nariz) es uno de los sitios por los que pueden ingresar un objeto y llegar hasta el cerebro.

“Ahora bien, el daño que sufra la persona dependerá de qué parte del cerebro resulte afectado, puede ser desde algo leve, como que se afecte la parte nerviosa del ojo y el paciente no pueda moverlo bien, o algo mucho más serio, como perder la visión del ojo y hasta ocasionar que se tenga que extraer el globo ocular”, explicó el especialista.

Pero esos no son todos los riesgos, también se pueden dar daños motores e incluso la muerte.

“Si el objeto llega a tocar el tallo cerebral, que es la parte que controla las principales funciones del cuerpo, podría afectarse el corazón y darse un paro cardiorespiratorio. Si lo que se dañan son estructuras anteriores al tallo, pueden generarse daños permanentes en la motora, como el perder la movilidad en una mano o un pie”, agregó el médico.

Al diente

En cuanto a la posibilidad de que una persona se coma una figurita con un palillo de dientes o con un alambre, los riesgos también son importantes.

El doctor explicó que el paso entre la boca y el estómago es delicadísimo, porque si el esófago se llega a romper o a lastimar, es una problemón.

Si se le hace un huequito es probable que la saliva se empiece a filtrar por ahí y se dé una inflamación en un cavidad muy compleja, que se llama mediastino y en muchos casos hay que operar y esa cirugía es muy complicada, hasta hay que sacar parte del esófago y dejarlo sin uso hasta que cicatrice.

El objeto también podría llegar al intestino y perforarlo, eso también es serio.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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