En manos del Señor: La gran aventura de la fe (I parte)

Algunas personas se preguntan: ¿A dónde nos lleva la fe?

La fe ciertamente no es un conjunto de verdades, sino una manera de vivir siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret. Quiero compartirles una historia de hace muchos años, se trata de un joven nacido en 1831, en el norte de Italia, quien era de una familia muy pobre. Él tomó la decisión de dedicar su vida a la evangelización de África  tras escuchar el testimonio de un misionero e inspirado por su propia experiencia de fe.

Esto sucedió en un momento de la historia donde los países europeos solo miraban a África como una fuente de riquezas y un lugar para conseguir esclavos. El nombre de este joven es Daniel Comboni, quien en medio de esa situación escogió llevar la buena noticia del amor de Cristo a los más pobres de África.

Comboni, un enamorado de Cristo, descubrió a los africanos con los ojos de Cristo, con un amor muy grande que lo llevó a dejar todo lo que tenía, su casa, sus padres, él era el único hijo que quedaba de una prole numerosa. Pensando en el insoportable sacrificio de la separación de sus padres ancianos, le escribe al párroco de su pueblo natal: “Dos grandes dificultades me asustan y las dos son formidables. La primera es el pensamiento de abandonar a dos pobres padres que no tienen otro consuelo en esta tierra que el de su único hijo.”  Después de su preparación para el sacerdocio comenzó una serie de viajes a África para llevar el Evangelio de Cristo.

En esa aventura de fe Comboni tuvo muchos retos y fracasos, los cuales no disminuyeron su pasión pues no descansaría hasta formar una comunidad cristiana entre esos pueblos del África central. 

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