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Es el mismo Señor quien nos invita a vencer toda desesperanza: “Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes angustia ni miedo”. (Juan 14,27)

Las familias están llamadas a ser una comunidad de amor y de vida nacida de la entrega mutua que da origen al matrimonio (ver GS 48). El papa Francisco nos ha recordado que la familia es un “santuario de la vida, el lugar donde la vida es engendrada y cuidada” (AL 78).

Cosas tan sencillas como tomar un vaso de agua, no ha tenido el poder de sacarnos una acción de gracias, pero Dios es tan bueno que nos bendice con el agua y, ¿cuantas veces le hemos dado gracias a Dios por ella?