Enfermera: “Algunas personas dicen que la vacuna contra el covid es la marca del diablo”

¡Es la marca del diablo!. Ese es uno de los cuentos que han escuchado funcionarios de la Caja del Seguro por parte de las personas que no se quieren vacunar contra el covid-19.

El reto es difícil, máxime que las autoridades de salud de todo el mundo aseguran que hasta que se alcance la inmunidad de rebaño la situación empezará a controlarse.

San Carlos es uno de los cantones de la zona norte en los que hay más resistencia a la vacuna y eso ha ocasionado que mucha gente esté enfermando gravemente de coronavirus, al que hay que sumarle la llegada de la variante delta, más contagiosa y agresiva.

Édgar Carrillo, director del hospital San Carlos, dice que en ese centro médico empezaron a aplicar la vacuna hace unos dos meses y la respuesta de la gente no ha sido la esperada.

“Hemos visto poca respuesta, sin embrago, ya desde antes habíamos tenido problemas con eso cuando estuvimos vacunando al personal del centro médico porque había un grupo de 20 funcionarios que se negaba a hacerlo.

“En aquel momento hicimos reuniones para que evacuaran las dudas que tenían y entre las cosas que decían es que esa vacuna traía un chip, que era apenas un experimento y que con ese medicamento más bien la gente que se contagiaba de coronavirus se moría más rápido. Tuvimos paciencia y con explicaciones logramos que de esas 20 personas 19 se vacunaran”, detalló el director del centro y cuesta creerlo a estas alturas del siglo XXI.

Ideas equivocadas. El Dr. Carrillo dice que cuando da alguna vuelta por el hospital aprovecha para conversar con los asegurados y eso le permite darse cuenta de todas las cosas erróneas que tienen en la jupa.

“Un día de estos saludé a una señora y le pregunté si ya se había vacunado y me dijo que no porque a ella ya le había dado covid y la enfermedad no le había hecho nada y que si se vacunaba más bien se iba a morir más rápido, yo me puse a explicarle que eso no era así, pero al final cada quien decide si se la pone o no.

“Los fines de semana yo voy a San José, un día de estos llevé a una familia para vacunarse y tuvo que hacer una fila enorme, yo les digo a los sancarleños que ellos no se imaginan el privilegio que tienen y que muchos están desaprovechando; aquí como muchos no se quieren vacunar entonces no hay fila y vienen personas de Cartago, Alajuela, Heredia, Escazú, ellos son los que están aprovechando”.

Precisamente esos miedos injustificados son los que tienen en riesgo la vida de decenas de sancarleños.

El director del centro médico dijo este viernes que hay 66 pacientes internados con coronavirus, de ellos 56 no están vacunados y son precisamente los que están más graves.

No es el único. No solo en San Carlos hay gente con ideas erróneas sobre las vacunas. En Zapote, distrito josefino, por ejemplo, hay funcionarios que tienen que sacar ratos largos para tratar de convencer a los antivacunas.

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“Nos llaman mucho por teléfono o nos vienen a buscar para hacernos preguntas sobre la vacuna, algunas personas dicen que es que en la Biblia dice que esa es la marca del diablo y por eso no se la quieren poner, otros dicen que es un chip”, contó la doctora Indira Montenegro, jefa de enfermería de la clínica Carlos Durán.

“Algunas personas son más abiertas a escuchar explicaciones, yo les pongo el ejemplo del celular, porque es algo que todos tenemos, les digo que la vacuna para nosotros es como un antivirus para el celular que lo protege, el riesgo de que se infecte no desaparece del todo, pero si llega a pasar no lo daña tanto como si no tuviera el antivirus”, agregó Montenegro.

Mucha paciencia. Christian Gómez, quien también trabaja como enfermero en el área de salud Zapote-Catedral, dice que él también ha tenido que sentarse con pacientes a explicarles los beneficios de la vacunación.

El Gobierno está negociando con Pfizer la compra de vacunas anticovid para niños. La idea es traer al país 1,5 millones de vacunas (dos dosis por pequeño). Además, comprará un millón adicional para una única dosis a mayores de 58 años y personal de primera respuesta, para reforzar la protección de estas personas.

“Recuerdo el caso de un señor que ya es adulto mayor y hace un tiempo llegó a mi oficina a preguntarme si él siendo alérgico a unos medicamentos se podía vacunar contra el covid, yo revisé el expediente y le dije que sí, pero el dijo que quería que lo vacunaran con AstraZeneca y por ser mayor de 58 años le tocaba Pfizer.

“Yo lo llevé al vacunatorio, pero en un descuido se escapó. Días después volvió a llegar, estuve hablando con él de nuevo y otra vez le dio miedo y se fue, sin embargo, hace poco llegó y dijo que ya estaba convencido y al fin permitió que lo vacunáramos, por dicha todo salió bien y ahora está a la espera de la segunda dosis”, recuerda Gómez.

A como hay muchos viejitos que no quieren vacunarse, en otros casos los adultos mayores sí quieren, pero sus familiares se oponen, entonces los funcionarios de salud deben esforzarse por convencerlos para que permitan que los abuelitos se pongan la vacuna, ya que de lo contrario quedan expuestos a enfermar gravemente si les da covid que ya ha cobrado la vida de 5, 124 personas en el país y al menos cuatro millones en el planeta.

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15.712 personas informaron voluntariamente al Ministerio de Salud que recibieron su vacuna contra el covid-19 en el extranjero, entre marzo y julio de este año. De estas, 15.630 lo avisaron por medio de la encuesta voluntaria y 81 en la opción del pase de salud (formulario sanitario de ingreso a Costa Rica).