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Estudiante: “Les voy a contar cómo en pandemia caí en anorexia y terminé en el Siquiátrico”

Da su nombre y cuenta su historia para ver si su testimonio ayuda a alguna joven que esté pasando lo mismo que ella vivió

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En lo más y mejor de la pandemia, en el 2020, comenzó un calvario con la comida para Nahomy Baltodano Ruiz, quien ahora tiene 20 años y que, en aquellos días con 17, hasta dudó incluso de poder seguir viva debido a un profundo trastorno de la conducta alimentaria: anorexia nerviosa.

Todo inició con el encierro por la pandemia, nos explica la joven, quien actualmente está en sexto año en el Colegio Técnico Profesional de Hatillo.

“Les voy a contar cómo en pandemia caí en anorexia y terminé en el Siquiátrico. Se los cuento porque sé que hay muchas jóvenes como yo, lamentablemente.

Nahomy Baltodano Ruiz, en el 2020, con 17 años, luchó contra la anorexia nerviosa y pasó de 70 kilos a 45, terminó internada en el Psiquiátrico y hasta sintió la muerte, pero logró superar su trastorno alimenticio.

“Es algo extraño, pero cuando estoy en las áreas de comida en algún centro comercial, se logra identificar, sin conocer, a quienes están viviendo lo mismo. Creo que está en los ojos, porque una le agarra odio a la comida y cada plato en una mesa es una guerra contra una misma”, comenta.

En pandemia Nahomy quiso meterse de lleno en un cambio en su vida, en una alimentación saludable, cambiar hábitos alimenticios. Asegura, por falta de información, falta de autoestima y buscando la perfección física, se desvió del camino.

Todo comenzó bien

“Comencé muy bien, comiendo saludable, dentro de lo que yo creía que era saludable, sin ninguna información de un profesional. Al mismo tiempo comienza a agarrar fuerza Tik Tok y comienzo a ver recetas de comidas supuestamente saludables. En el inicio de la pandemia pesaba 70 kilos, mido 1,68 metros. Estaba bien, pero sí me veía un poquito gruesita porque por mi alimentación no estaban bien distribuidos mi peso y porque no hacía ejercicios.

Nahomy Baltodano Ruiz, en el 2020, con 17 años, luchó contra la anorexia nerviosa y pasó de 70 kilos a 45, terminó internada en el Psiquiátrico y hasta sintió la muerte, pero logró superar su trastorno alimenticio.

“Yo me sentía gruesita, bastante. Aquel inicio de comer saludable arrancó quitando poco a poco el arroz de las comidas, me dije, se acabó, no vuelvo a comer arroz nunca más porque es malo, eso me decía internet, al igual que el pan y todo lo que fuera harinas, carbohidratos, los quité de raíz también. Todo fue poco a poco, muy lento por eso una no se da cuenta”, explicó.

Nahomy amaba la pizza, pero también la quitó, eliminó las gaseosas. Todo sonaba perfecto, todo saludable. Cuando se sentaba en la casa a comer con la familia, como ninguno de ellos come balanceado, eso la complicó, pero siguió firme tanto así que en 15 días bajó casi 4 kilos, además, empezó a hacer ejercicios cardiovasculares, más de dos horas al día, también metió el agua en grandes cantidades, más de dos litros diarios.

“Poco a poco quité las verduras, porque sentía que entre menos comiera, más iba a bajar de peso. Es que todo iba genial, estaba bajando con lo que había quitado, entonces me dije, esto me encanta, quiero seguir así. Eliminé carnes rojas y solo comía pollo y hervido, pescado. Jamás tocar mantequilla o algo parecido.

Comenzaron los castigos

“Llegó el momento en el cual quería comer balanceado y, por ejemplo, comía un pedacito de pan y me sentía culpable, me recriminaba, me decía tanto que has avanzado y ahora caíste con el pan, estas fallando, me decepcioné a mí misma, vas a volver a ser gorda de nuevo. Por eso comencé castigarme”, recuerda Nahomy.

Esos castigos eran así: si se comía una tajada de pizza, por ejemplo, entonces eliminaba alguna comida, o se castigaba 14 horas sin comer, porque cayó y se comió una tajada de pizza.

No se dio cuenta cuando ya no estaba comiendo nada por más de 16 horas a puros castigos y por sentirse gorda.

“Lo que hacía era tomar mucha agua para poder mantenerme, el agua me llenaba. Tomaba más de tres litros al día. En el último punto lo que comía era una manzana en el desayuno, de almuerzo un pedacito de pollo y nada más en todo el día. Llegué a pesar 45 kilos, en un año bajé 25 kilos.

Nahomy Baltodano Ruiz, en el 2020, con 17 años, luchó contra la anorexia nerviosa y pasó de 70 kilos a 45, terminó internada en el Psiquiátrico y hasta sintió la muerte, pero logró superar su trastorno alimenticio.

“Estaba saliendo con un muchacho y a él le gustaba sacarme a comer, no soportaba eso, me caía demasiado mal que solo quería meterme comida y eso era hacerme daño, se lo dije y él llegó el momento que no soportó más y se fue, me dijo que yo estaba mal, que necesitaba comer, pero no le hice caso”, reconoció Nahomy quien recuerda que estaba superflaca, ojerosa y hasta se le estaba cayendo el pelo por montones.

Siquiátrico

Ese día que el muchacho le dijo que estaba demasiado flaca y no se quería dar cuenta, eso le activó algo, como una señal de alerta a Nahomy.

“Por primera vez en el 2021 me paré frente al espejo y me vi como realmente estaba y me asusté demasiado. Yo me veía gorda porque hablamos de un problema mental. Una ve una gorda que pesa 45 kilos, eso es imposible.

“El domingo 31 de mayo del 2021, todavía en pandemia, me dije estoy mal, pero yo lo puedo solucionar, agarré un plato de comida, lo puse en la mesa y me dije voy a comer. No pude, intenté y vomité. Ese día senté a mi mamá y le dije que necesita ayuda, que no estaba bien y de ahí salimos para el hospital Calderón Guardia”, comentó.

Nahomy Baltodano Ruiz, en el 2020, con 17 años, luchó contra la anorexia nerviosa y pasó de 70 kilos a 45, terminó internada en el Psiquiátrico y hasta sintió la muerte, pero logró superar su trastorno alimenticio.

Del Calderón Guardia se la llevaron en ambulancia al Hospital Nacional Psiquiátrico en donde estuvo mes y medio internada. “Estaba para cuatro meses, pero me esforcé muchísimo por hacerlo bien.

“No hay una persona más disciplinada que una persona con trastornos alimenticios. Salí pesando 8 kilos más y prometiéndome jamás volver. Es una lucha diaria, cada día estoy mejor, pero no puedo descuidarme y ahora me informo como debe ser, entré a un gimnasio y avanzo bien”, reconoció.

En aumento

Los pacientes jóvenes con Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) van en aumento.

Está probado que, durante la pandemia, las consultas por estas enfermedades aumentaron un 70%, y las hospitalizaciones un 48% y el número de adolescentes con TCA al menos se duplicó.

De acuerdo a datos proporcionados por la Dra. Daniela Carvajal Riggioni, jefe de la Clínica de Adolescentes del Hospital Nacional de Niños, “las cifras han aumentado de manera muy importante posterior a la pandemia y cada uno de esos pacientes amerita una abordaje interdisciplinario, teniendo pacientes recuperados que han tenido hasta 90 citas en un solo año por la alta complejidad.

Así, en el 2020 se atendieron a 111 por trastornos de la conducta alimentaria de diferentes tipos, en el 2021 a 129 personas, en el 2022 a 153 personas y en lo que va de 2023 ya se han atendido a 103 pacientes”.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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