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La dura realidad de una madre que trabaja reciclando: “Si mi bicicleta se daña, no como”

Vecina de Abangares recorre las calles de Guanacaste para reciclar y llevar comidita a la casa

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Darling sale todos los días a las 6 a.m., a ofrecer sus productos.
Darling sale todos los días a las 6 a.m., a ofrecer sus productos. (Yerlin Gómez/Yerlin Gómez)

Darling Lidiette Juárez Porras, vecina de Abangares de Guanacaste, enfrenta cada día la dura realidad de salir a las calles a reciclar para llevar comida a su mesa.

A doña Darling nos la encontramos en Limonal y nos contó que suele andar por los alrededores de la zona ofreciendo sus productos.

A sus 52 años, asegura que la vida la empujó a esta labor tras perder a su principal apoyo familiar.

“Hace casi cuatro años vendo latas, botellas, cositas que me encuentro porque yo reciclo. Lo que me encuentro lo reparo y lo puedo vender y ya con eso yo como”, relató.

Darling sale todos los días a las 6 a.m., a ofrecer sus productos.
Darling recorre las calles buscando qué reciclar para luego vender. (Yerlin Gómez/Yerlin Gómez)

Su bicicleta se ha convertido en su herramienta más valiosa para trabajar.

“Esta es mi bicicleta, es mi machete. Cuando ella se me daña, no como, porque este es mi machete, si no salgo, no como, porque nadie me llega a dejar nada a mi casa para comer”, explicó con crudeza.

Darling sale todos los días a las 6 a.m., a ofrecer sus productos.
Darling no la piensa dos veces para iniciar su día laboral. (Yerlin Gómez/Yerlin Gómez)

Antes se dedicaba a ser ama de casa, pero tuvo que buscar otra forma de subsistir para llevar un platico de comida a la mesa.

Ella nos contó que en un inicio le daba vergüenza salir a buscar cosas para reciclar, pues muchas personas la miraban con prejuicio. Hoy lo hace con la frente en alto y la convicción de que es su único sustento.

De acuerdo con su relato, sus ingresos apenas alcanzan entre 6.000 y 7.000 colones al mes. Con ese dinero compra lo que le alcanza en su hogar. Ella vive con dos de sus cuatro hijos.

Darling sale todos los días a las 6 a.m., a ofrecer sus productos.
Su bicicleta es su machete. (Yerlin Gómez/Yerlin Gómez)

La vida de Darling ha estado marcada por la pérdida. Su madre murió cuando ella tenía 17 años y, hace un año, falleció un hermano en un accidente, quien era el que le brindaba apoyo tanto a ella como a sus cinco hermanas.

Su rutina comienza desde las seis de la mañana y, en ocasiones, regresa hasta la madrugada, incluso a las 2 a. m. Lava las botellas, les quita las etiquetas y luego las vende. Con las ganancias compra lo básico: un bollito de pan y mantequilla.

Pese a las dificultades, asegura que en su camino también ha encontrado personas solidarias que le han tendido la mano.

Darling Juárez, con esfuerzo y resiliencia, sigue demostrando que, a pesar de las carencias, la voluntad de salir adelante es más fuerte que la adversidad.

Darling sale todos los días a las 6 a.m., a ofrecer sus productos.
Su gorra y sus botas la acompañan a donde vaya. (Yerlin Gómez/Yerlin Gómez)
Yerlin Gómez Izaguirre

Yerlin Gómez Izaguirre

Periodista de Tiempo Libre. Bachiller en periodismo y Licenciada en Producción Audiovisual por la Universidad San Judas Tadeo.

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