Ante los hechos de violencia que se presentaron el martes 11 de setiembre y el miércoles 12 en Limón, donde se quemaron llantas, algunos tráileres y hasta saquearon el supermercado MaxiPalí, la ciudadanía decidió mejor quedarse guardadita en sus casas desde temprano para prevenir quedar atrapados en medio de algún altercado.
Si bien no ha habido ningún pronunciamiento oficial que declare el toque de queda como tal, la decisión de la empresa de buses Tracasa, que brinda el servicio a los barrios caribeños de que el último bus salía a las cinco de la tarde marcó la pauta de desplazamiento de los habitantes.
Como ya no había gente en las calles a esa hora, los comercios también empezaron a cerrar sus locales más temprano, para permitirles además a sus trabajadores tener tiempo de regresar a sus casas en el último bus.
La medida de la empresa de transporte público tiene como objetivo proteger a sus choferes, el público y desde luego a sus unidades de cualquier pedrada o quema.
Además, los mensajes que circularon por redes sociales advirtiendo a la población caribeña que el que anduviera en la calle por las noches, se exponía a lo que pudiera pasarle, también hizo a los limonenses tomar precauciones para no comprobar si las amenazas iban en serio.
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Pueblo Nuevo, La Colina, Pacuare, Limón 2000, Cieneguita y Los Cocos son algunos de los barrios en los que se presentaron quemas de llantas y algunos disturbios por las noches.
Y aunque la tranquilidad ya regresó por las noches a las calles del cantón central de Limón, aún se mantienen las medidas preventivas en supermercados, tiendas de electrodomésticos y demás comercios que desde las tres y cuatro de la tarde ya bajan sus cortinas hasta el día siguiente.