Los tres reyes magos puede que no hayan sido tres, tampoco reyes y que mucho menos se llamaran Melchor, Gaspar y Baltasar.
La tradicional historia de los personajes que llegaron de oriente a entregar incienso, oro y mirra a un pequeño bebé llamado Jesús porque lo reconocían como el salvador del mundo tiene mucho de su fundamento en textos no reconocidos por la iglesia.
Por lo menos, en los textos bíblicos no se habla de reyes, ni de que fueran tres, es más, ni siquiera de cómo se llaman.
Esos elementos surgen de los llamados evangelios apócrifos.
Esos escritos son textos religiosos surgidos en los primeros siglos del cristianismo, pero que no fueron aceptados por la iglesia católica y no forman parte de la Biblia.
Esos evangelios se encargaron de moldear las referencias bíblicas para contar una historia agradable y con sentido y poder explicar de forma más sencilla como Jesús se le reveló a los paganos y sería considerado el salvador del mundo, incluido a los mismos reyes magos.
En realidad, solo hay dos referencias en la Biblia de los reyes magos, una en el Antiguo Testamento en Isaías capítulo 60, versículos del 1-6 y otra en el Nuevo Testamento en San Mateo, 2: 1-12.
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Sí se afirma que eran magos de oriente, que seguían una estrella y que llevaban regalos. En Isaías se habla de incienso y del oro y en San Mateo se le agrega la mirra.
Fernando Vílchez, sacerdote e historiador religioso afirma que es poca la referencia de esos personajes en la Biblia, pero que en efecto no se puede afirmar lo que siempre se ha dicho de ellos.
“La tradición habla de reyes y se les asocia con reyes, pero san Mateo habla de magos. En esos tiempos, los magos eran estudiosos de los astros del cielo, o sea astrólogos y por eso se pusieron en camino, por algún signo. El texto habla de una estrella en el cielo”, comentó.
Añadió que los regalos, oro, incienso y mirra tienen un significado y que probablemente por ser tres obsequios, asignaron un rey o mago por cada uno de los presentes.
“Se sabe que los nombres Gaspar, Melchor y Baltasar y que se diga que son tres se da por los textos apócrifos, que además son tardíos, de los siglos segundo o tercero”.
“El oro se ofrece porque es rey, el incienso, que es un humo porque es Dios y la mirra, que es un ungüento para embalsamar es por ser hombre. Es un mensaje, es una confesión de que Jesús es Dios y el salvador del mundo. Eso es lo fundamental de la celebración”, dijo Vilchez.
Otro sacerdote, Glenm Gómez dijo que nada en la Biblia afirma esas cosas, pero que se fue dando con el tiempo por los mismos vacíos que hay en la historia.
La Epifanía del Señor
Desde el punto de vista religioso, el 6 de enero es el día de la Epifanía del Señor y es una de las celebraciones de la Navidad que, contrario a lo que muchos piensan, no ha terminado.
La Epifanía es la entrada de Cristo en el mundo, cuando se da a conocer como hombre y como salvador de la humanidad.
La historia de los reyes magos sirvió como una referencia o una historia para explicar en términos más sencillos lo que representa esa celebración litúrgica.
Según Glenm Gómez, se festeja el 6 de enero pero la celebración litúrgica no necesariamente es ese día, sino el domingo siguiente al día de Santa María Madre de Dios, que es el 1 de enero. Este año cae precisamente 6.
En otros países como México, Perú, Argentina, España el día de los Reyes Magos tiene un gran arraigo popular. Incluso, ese día se entregan los regalos “que traen” los reyes a los más pequeñitos de la casa.
Pero en Costa Rica esa tradición, a nivel del pueblo católico no es tan tradicional. Acá es el Niño Jesús quien trae los regalos, o en el peor de los casos, san Nicolás, pero nunca los reyes.
Eso puede tener una explicación, según ambos sacerdotes.
“Me atrevo a decir que es por la influencia franciscana en nuestra evangelización y eso inculcó la devoción al pesebre y al Niño Jesús, temas más ligados al 24 y 25 de diciembre que al 6 de enero. San Francisco de Asís fue la primera persona que hizo la representación de un portal, con imágenes y figuras haciendo énfasis en el nacimiento de Jesús. Eso es herencia franciscana”, dijo Vilchez.
Ya lo sabe, mucha de la historia de los reyes magos se ha dado al margen de la oficialidad católica y la celebración en sí, la Epifanía del Señor dista mucho del verdadero sentido.