“Lo mejor de Limón es su gente”, dice una frase muy cierta que llena de orgullo a los caribeños de nuestro país durante muchísimos años.

Ese lema está ahora visible en la parte alta del anfiteatro que hay en el centro de Limón.

Este es el primero de los cambios que Victoria Ríos, una limonense de nacimiento, desarrolló en su provincia a través de la Fundación Limón S.O.S.

En solo 15 días ella demostró que cuando se quiere, se puede hacer mucho.

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“Tenía como diez años de no ir a Limón y vine hace tres meses con una amiga a visitar a su abuelita enferma y mientras estuve por acá me di cuenta de que aquí no ha cambiado nada y del abandono en el que tienen sumida a la provincia tanto los gobiernos locales como el central”, explicó la empunchada mujer.

Dispuesta a actuar puso plata de su bolsa para pagarles a los trabajadores que contrató y organizó todo para que desde el 27 de setiembre y hasta el 12 de octubre le pusieran bonito a la breteada para devolverles a los limonenses un espacio público que estaba abandonado: el anfiteatro.

La reinauguración fue el 12 de octubre con la presentación de algunos artistas locales y ese mismo día estaban llegando las letras hechas con corazón de teca en Huacas, Guanacaste y recién pintadas para colocarlas de una vez. Para ello se invirtió dos millones de colones.

“Limón es color, calor y sabor y teníamos que ser bien representados, por eso las mandé hacer”, indicó.

Admite que lo hizo todo a pura fe, pidiéndole a Dios que más gente la apoyara y gracias a Oscar León, uno de los padrinos del proyecto, consiguió los materiales con amigos comerciantes.

“Quiero que Limón se convierta en un puerto cien por ciento turístico, que esa sea la principal fuente de empleo de sus pobladores porque tenemos cosas únicas. El anfiteatro dentro del mar es una de ellas”, comentó la fundadora de Limón S.O.S.

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Más proyectos

Con el primer objetivo alcanzado, Ríos pone la mira en más proyectos y desea que la municipalidad se apunte a realizar en tiempo récord, como lo hizo ella.

Esos son crear un museo en los patios del ferrocarril, otro en las antiguas instalaciones de Japdeva ubicadas en el centro de Limón y uno en la isla Uvita para contarles a los turistas el primer lugar visitado por Colón en nuestro país en 1502.

También restaurar el nuevo estadio de Limón, que tiene la segunda pista de atletismo más grande del país, y la pista de atletismo de Santa Rosa, obras en las que se invirtieron millones y se dejaron abandonadas. También piensa en rescatar el parque Vargas.

Como es una madre soltera y trabajadora, no puede seguir sacando de su plata para hacer estos cambios, por eso está preparando volantes con alcancías para colocar en los comercios y que quienes deseen ayudar a ver un Limón diferente den su colaboración.

Usted puede seguir la página de “Feis” Limón S.O.S. y enterarse de su trabajo.

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