Al abuelito Jorge se le ocurrió regalarle el pasado mes de diciembre un cachorrito a sus dos nieticos de cuatro y seis años que tenían como un año pidiendo una mascota. Tito, como le dicen sus nieticos de cariño, no sabe mucho de perros y compró un cachorrito precioso raza Pastor Australiano, porque le dijeron que eran superadorables.
Los nieticos, David y Andrés, el pasado 25 de diciembre, lloraron de la felicidad por el cachorro, pero a los pocos días en la casa todo estaba patas pa’arriba, porque los pastores australianos son perros para pastoreo, como su nombre lo dice, no se pueden estar queditos y, mucho menos, pasar gran tiempo dentro de cuatro paredes pues se estresan y, posiblemente, terminen mordiendo muebles, sillas y lo que se ponga en el camino.
Ya para mediados de enero los papás de David y Andrés, vueltos locos y sin saber qué hacer con el regalito de Tito, una noche tomaron la decisión de ir a perder el perro, ya que están al borde de la locura.
Esta historia no es real, pero de la mano con expertos, se parece muchísimo a la que se vivieron y viven en muchos de nuestros hogares gracias a la mala maña que hay en nuestro país de creer que es una muy tierna, linda, genial y fantástica idea la de regalarle a los pequeñitos de la casa una mascota en diciembre.
“Esa historia, tristemente, es una gran realidad que se vive en muchas casas en nuestro país, que lo digamos nosotros que lo vivimos cada principio de año. En Costa Rica es una tradición la gran irresponsabilidad de los adultos de creer que regalar un ser vivo es algo lindísimo en diciembre.
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“Papás, tíos, abuelos, amigos de la familia, en verdad, consideran algo muy tierno darle un ser vivo a un niño y creer que ese niño, a partir de ahí, se hará responsable o, peor, que a ese niño esa mascota le servirá para aprender a hacerse responsable.
“Los animales no son juguetes, siempre lo decimos, pero la gente no termina de entender”, explica doña Lya Battle, la fundadora de Territorio de Zaguates, lugar al que le toca rescatar entre enero y febrero, año con año, muchos de esos “tiernos regalitos” de diciembre.
No son juguetes
Doña Lya explicó que un perrito o un gatito no se le deben regalar a un menor de 13 años; incluso, ella habla de 15. Eso no significa que a Battlet no le guste que los niños crezcan entre mascotas; por el contrario, le encanta, pero que la mascota sea total responsabilidad del adulto.
“El real problema del país es que le regalan una mascota a un niño y le dicen que, de ahí en adelante, la responsabilidad es de él; o bien, los adultos no le dan los cuidados que merecen como las vacunas, desparasitarlo, mantener el control veterinario, entonces el lindo regalo termina siendo un animalito agredido”, advierte la experta de Territorio de Zaguates.
“Ustedes no tienen idea de la cantidad de mensajes y llamadas que recibimos a la semana de gente que nos dice que sus hijos los tienen locos con que quieren un perrito. Cuando les pregunto la edad de los hijos, no superan los 6 años, por eso siempre respondemos que no, a no ser de que los adultos garanticen que ellos serán los responsables del animal.
“Quien regala un perrito está regalando un compromiso de 15 a 18 años. Si en esa familia hacen bien su trabajo en el cuido del animalito, durará por lo menos 15 años. Por eso, repito, la gente no puede realmente creer que puede regalar una muñeca, un carro a control remoto y un perrito. Los seres vivos no son juguetes”.
Irresponsabilidad
Juan Carlos Peralta, representante de la Asociación para el Bienestar y Amparo Animal (ABAA), está totalmente de acuerdo con doña Lya.
“Regalar un animal en Navidad o para un cumpleaños es un error muy grande. Un ser vivo es una gran responsabilidad y eso hay que entenderlo muy bien. Se ocupa alimentación, gastos veterinarios, compartir con él, dejarlo desarrollarse de acuerdo de su especie.
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“Es más irresponsable regalar un ser vivo a un niño que ni siquiera sabe cuidarse él mismo. Todo cachorrito es lindo, tierno y todo el mundo lo quiere, cuando crecen es cuando se vienen los problemas. No seamos irresponsables. Un ser vivo no se regala. Eso es esclavitud en pleno siglo XXI”, agregó Peralta.
Rubén Rodríguez, presidente de la Federación Canina de Costa Rica, nos recordó que ellos hacen una fuerte campaña desde octubre de cada año para que las familias no regalen perritos en diciembre, ya que “muchos terminan siendo abandonados entre enero y febrero. Lamentablemente, eso es algo que siempre pasa en este país”, aseguró.
Ni por un momento piense que la historia del inicio de esta nota solo se da con la raza Pastor Australiano, aquí en Tiquicia pasa todos los años en enero y febrero. Es más, la fundadora de Territorio de Zaguates nos contó del caso de una persona que llamó en noviembre pidiendo un perrito, le dijeron que no, porque se olieron por dónde iba el asunto, y hace una semana rescataron al perrito que esa persona siempre consiguió para regalar en diciembre.
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Este amargo, pero muy real tema, será tocado el próximo 11 y 12 de febrero en Viva Feria de Mascotas, la mayor feria de peluditos del país que se realizará en el Parque Viva. Usted no puede faltar, es para toda la familia y puede llevar a su amada mascota.