El subdirector del OIJ, Michael Soto, dijo algo fundamental que tienen que hacer las personas cuando sufren un intento de estafa y que podría marcar la diferencia.
A raíz de un caso, en el que un hombre le contó a La Teja que le pusieron un mensaje en el que le decían que habían obtenido la información de su celular, que tenían fotos comprometedoras de él y que las iba a compartir a sus contactos si no depositaba 200 mil colones ese mismo día, le consultamos al jerarca.
Soto empezó diciendo que los estafadores pasan mucho tiempo recopilando información de la gente a la que van a atacar, para tener la mayor cantidad de datos sobre ellos y así hacer ver a las personas que las conocen y poder meter miedo.
Esa información la extraen de las publicaciones en redes sociales y de bases de datos abiertas.
“La gente publica en las redes dónde vive, dónde trabaja, su estado civil, cuántos hijos tiene, cuándo fue a la playa y toda esa información es usada por los delincuentes para jugar con la psicología”, explicó Soto.
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“Los estafadores les dicen a las víctimas que tienen fotos comprometedoras del celular de ellas, probablemente la persona no tenga o sí tenga, pero es que eso es como pescar trucha, si me permite el ejemplo, cuando uno va a pescar ese día a las truchas no les dan de comer, entonces, usted tira la cuerda y alguna de todas pega. Eso es igual, esta gente empieza a hacer un montón de llamadas y en alguna de todas pesca”, agregó.
Corte por completo el contacto con el estafador
Soto dice que en estos casos lo primero que hay que hacer es cortar el contacto con el estafador y lo segundo es poner le denuncia respectiva.
“Bloquee ese número inmediatamente, tome los datos que pueda como el número y formule la denuncia en el OIJ. Si no corta el contacto ellos siguen llamando y causan desgaste psicológico.
“Estas personas se dedican a eso y tienen mucho tiempo para estar llamando, presionando, desgastando a la persona hasta que ella accede”, aseguró el jerarca.