Rosa Ruiz atraviesa una triste y difícil situación que no se le desea a nadie, pues uno de sus hijos, Yerri Estrada Ruiz, fue detenido el 13 de agosto de este año por el régimen nicaragüense.
Desde entonces, ella no escucha la voz ni ve la cara de su hijo, en algún contacto directo. Ya han pasado 50 días desde su arresto. La familia pide alguna actualización sobre el estado del joven, quien nació en Costa Rica.
Aunque el régimen nicaragüense divulgó imágenes sobre el joven médico, en las cuales parecía estar bien, la familia asegura que Yerri está siendo torturado. Incluso, señala que le pusieron maquillaje, pues se veía diferente.
También afirma que él fue detenido por haber participado en las protestas de 2018 en contra de una ley que desfavorecía a los jubilados y pensionados. Sin embargo, para justificar su detención, lo acusaron de presunta pornografía infantil, así como de terrorismo y traición a la patria.
“Eran reformas que afectaban el bolsillo de las personas mayores que ya tenían ese beneficio. Y pues, hubo una reacción por parte de los jubilados, los pensionados y las personas mayores, quienes decidieron salir a protestar”, comentó doña Rosa a La Teja.
La Facultad de Medicina de la universidad donde estudiaron Yerri y su hermana, Maura Estrada, se unieron a la lucha de las personas mayores. Según doña Rosa, se formaron grupos de médicos para atender a los manifestantes que resultaban heridos.
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Yerri se convirtió en un líder durante las protestas, que se organizaron en diferentes ciudades. Unos meses después, en agosto de 2018, se empezaron a secuestrar a estudiantes y el joven tuvo que refugiarse en casas de seguridad.
El régimen nicaragüense emitió una orden de arresto contra él.
“Mi hijo ya no podía estar en León, se fue de ahí hasta diciembre de 2020. Se incorporó a estudiar, nuevamente, en una universidad en Managua, pero luego regresó a León, a la casa donde vivíamos. Yo ya recibía un asedio constante porque yo me integré a las marchas acompañando a mis hijos y luego, lo hice por cuenta propia, porque no compartía las acciones del gobierno”, contó doña Rosa.
También comentó que fue hostigada, llegaban hasta 100 policías armados a su casa y le bloqueaban la entrada. El miedo constante con el que vivía doña Rosa y su mamá, la forzó abandonar Nicaragua en 2022, dejando atrás a sus hijos.
Yerri, quien también habría sido acosado, se quedó en Nicaragua para cuidar a su abuelita, quien en ese momento tenía 80 años.
El arresto de Yerri
Unos años antes de su arresto, el joven, al parecer, era constantemente amenazado por el régimen, según su mamá. Por ejemplo, la policía llegaba a la casa a buscarlo para decirle que iban a hacerle una visita de control tres veces por semana para tomarle una foto e interrogarlo.
A pesar de ello, el joven no se rindió y volvió a cursar medicina, cuya carrera estudiaba porque le gustaba y para hacerle realidad el sueño a su mamá. Aunque él no estuviera en la casa cuando la policía llegaba, tenía que reportar dónde estaba por medio de un número de teléfono.
“Si iba a salir de León por algunos días, también tenía que informarlo. El 2 de diciembre del año pasado, llegaron unos policías y, como no lo encontraron, lo llamaron y fueron hasta la universidad, donde lo sacaron de su aula para un interrogatorio que duró, aproximadamente, 1 hora”, comentó doña Rosa.
Debido a ello, su abuelita tuvo mucho miedo y se enfermó, hasta que el 6 de diciembre, falleció a causa de un infarto.
El 13 de agosto fue uno de los peores días de la familia, pues el régimen llegó al Hospital Amistad Japón Nicaragua en Granada, donde el joven se fue a vivir en marzo para hacer su internado.
“Le avisaron a mi hija Maura Fernanda. Un compañero de clase le dijo que habían llegado para llevárselo. Nos informó que lo habían llamado por los parlantes del hospital, pero él no estaba en ese momento. Cuando llegó, le dijeron que primero pasara por la dirección del hospital y ahí estaba la policía esperándolo para llevárselo”, contó.
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Familia bajo amenaza
Doña Rosa comentó que su hija Maura Fernanda y su hijo menor de 14 años tienen una orden de arresto y para ella, es una tortura estar lejos de sus hijos y vivir con miedo de lo que les podría pasar.
“Es una situación dura porque quisiera estar con ellos. Soy el sostén de mis hijos y debo trabajar a diario con este dolor y esta carga que me mata, porque mi hijo está desaparecido. No sé cómo saber si está vivo o muerto, porque no se le puede dar alimentación, pues le han violentado ese derecho”, expresó.
Doña Rosa le pide al régimen nicaragüense que liberen a su hijo, pues no es ni terrorista ni traidor a la patria. Ella asegura que Yerri tampoco incurrió en el supuesto delito por el cual lo detuvieron.
Además, solicitó a las organizaciones y movimientos que la ayuden en este llamado por la liberación del joven médico, así como al gobierno de Costa Rica para que continúen trabajando para devolverle la libertad a Yerri.
“Es una persona honesta, es un muchacho criado con educación y valores. Un muchacho que ama su familia, su carrera y estaba laborando sin devengar ningún salario en ese hospital de Granada. Exijo que se lo entreguen a Costa Rica, porque él es costarricense o al Departamento de Estado de Estados Unidos”, dijo doña Rosa.
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