La perseverancia y el deseo de superación de la joven bribri Kenia Roa Reyes, hoy de 22 años, fueron el motor que tiempo atrás la llevó a buscar oportunidades para construirse un futuro mejor y así logró estudiar en la University of the Ozarks, en Arkansas, Estados Unidos.
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Kenia salió del Colegio Académico Indígena de Sepecue, Talamanca, en 2016; ingresó a la Universidad Nacional, en Heredia, y en aquellos años (2017-2018) comenzó a moverse para ver cómo viajaba a Estados Unidos y sacar allá una carrera universitaria.
Tres opciones que vio solo daban una beca del 75% (el resto corría por su cuenta), así eso siguió buscando y encontró el programa Walton International Scholarship, al que se apuntaron más de 300 aspirantes. El proceso de selección avanzó, la tica fue seleccionada y logró obtener la ayuda del 100%.
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Ya una vez dentro de la universidad lo que seguía era ponerle al estudio, como siempre lo ha hecho, y sus excelentes calificaciones semestrales le permitieron graduarse el sábado 14 de mayo con la distinción magna cum laude (con grandes honores) como licenciada en dos carreras: administración de negocios y comunicación de medios.
Aunque el colegio de Sepecue da una educación buena y rescata la cultura indígena, su localización no permite que los estudiantes tengan acceso a internet o a una computadora; sin embargo, Oscar Almengor, el director, buscó cómo los muchachos tuvieran el chance de ir a un intercambio a Oregon, Estados Unidos, para mejor su nivel de inglés mediante el programa “Friends of Oregon” (Amigos de Oregon).
Kenia estuvo en ese grupo y se fue dos meses hasta aquellas tierras en la costa del Pacífico; la experiencia la terminó de convencer de que quería estudiar fuera de Tiquicia y conocer nuevas culturas; pero también tenía muy claro que regresaría al país para poner en práctica lo aprendido lejos de este.
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Y dicho y hecho. Kenia regresó la noche de este domingo a su casa en Sepecue y ya comenzó a buscar trabajo.
Enfocada
Fue en marzo del 2018 cuando la tica supo que le habían dado la beca en Estados Unidos. En los meses previos a agosto, cuando le tocaba viajar, tomó clases particulares de inglés para ir bien afiladita y aprovechar al máximo la oportunidad.
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“Siempre llevé el bloque completo de materias y hasta más. En el 2020 podía regresarme o sacar la segunda carrera, pero debía ser de algo en un campo distinto a la administración y consideré importante aprender a comunicar los proyectos que desarrolle en el futuro. Además llevé actividades extracurriculares, como participar en el equipo de natación de la U y en varios clubes y trabajos”, contó la limonense.
También sacó un diplomado en agricultura sostenible y otro en teología que son una especie de requisito de la universidad.
“Las clases teológicas las daban profesores de la Universidad de Yale (una de las más prestigiosas del mundo) y me gustó mucho porque aprendí de la cultura americana que tiene muchas religiones. Fue una oportunidad para ir creciendo”, contó.
Otra clave de su éxito --además de la perseverancia y el deseo de superación-- es que jamás se desenfocó, siempre estuvo muy comprometida con sus estudios.
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Recuerda que sus días como estudiante se iniciaban a las 6 a.m., iba a desayunar y después a clases de 8:30 a.m. a 2 o 3 p.m.; luego, de 4 p.m. a 6 p.m., visitaba la biblioteca. En los ratos libres hacía las tareas o participaba en voluntariados.
Sacrificio
Kenia es la segunda de tres hermanos y dice que por las condiciones de su comunidad en Talamanca le fue difícil estar en comunicación con su familia mientras vivió en Estados Unidos.
Únicamente podían hablar una vez a la semana, cuando sus parientes salían a un sitio en el que había señal de celular. Lo bueno es que sus papás nunca dejaron de apoyarla y estar pendientes de ella.
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En Arkansas, los sábados los aprovechaba para salir con la familia que la recibió allá y disfrutaba la naturaleza, caminar por la montaña, acampar, visitar lagos y en una de tantas cumplió otro de sus sueños: ir a Alaska. Conoció los glaciares y las luces del norte, que son como las auroras boreales.
“Fui el verano pasado y estuve por dos meses en una pasantía en comunicación digital. Pude conocer muchos nativos americanos, que están conformados por seis grupos”, comentó.
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Con la voz de la experiencia, Kenia tiene algo qué decirles a otros jóvenes: “Les aconsejo que se animen a dar el primer paso y salir (del país), en todos estos años he aprendido que uno solo debe tener el coraje para comenzar y esos pasos te llevarán a dar otros más grandes. No tengan miedo a salir de la zona de confort”.