Los primeros casos de VIH surgieron en el mundo en la década de los años 60 y aunque la medicina ha logrado avanzar al punto de que ya no se requiere que los pacientes con la enfermedad deban tomarse los famosos cocteles de 36 pastillas, sino tan solo dos y en algunos casos una sola, hay algo que sigue presente como el primer día: la discriminación.
Así nos lo contaron tanto el médico infectólogo Mauricio Mora como el paciente y representante para Costa Rica de la Red Centroamericana de Personas con VIH, Danny Carmona, en el Día Mundial de la lucha contra el SIDA que fue precisamente este domingo.
“Se sigue viendo como algo que la persona se buscó. No hay que juzgar, no es posible saber cuál es la manera de contagio. Se cree que es por comportamiento promiscuo, o porque es homosexual y no necesariamente, todavía tenemos mucho que avanzar”, explicó Mora.
Danny es un paciente crónico por infección por VIH desde hace tres años, se dio cuenta de manera casi accidental que tenía el virus.
“Yo fui al médico a atenderme por sífilis, una vez que terminé el tratamiento el doctor me recomendó hacerme la prueba de VIH y le dije confiadamente que sí. Me llamaron del banco de sangre del Hospital San Carlos para decirme que había salido positivo y que tenía que hacerme un examen confirmatorio en el hospital San Juan de Dios. A finales de noviembre del 2016 ya estaba empezando mi tratamiento antirretroviral”, narró el joven de 27 años.
Examínese
Asegura que de no haber sido por esa enfermedad de transmisión sexual, a estas alturas no se habría dado cuenta que tiene VIH.
“Yo tenía una pareja estable y estaba confiado de que me era fiel, por eso nunca pensé en hacerme la prueba. Muchos piensan que solo a las personas promiscuas les pasa eso, pero conozco muchas compañeras a las que la enfermedad les llegó a sus casas, por una traición de sus esposos”, contó Danny.
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Ahora él brinda charlas a muchas personas en la Asociación Esperanza Viva con la que trabaja y es muy abierto con su diagnóstico, por eso ha notado que la discriminación sigue presente en los ticos.
“La gente sigue creyendo que se le va a pegar con un abrazo, un beso, por compartir el mismo plato o el baño, pero solo hay tres formas de contagio: mediante las relaciones sexuales sin condón, vía perinatal de madre a hijo y por transfusión sanguínea. Aquí la más común es la primera”, explicó Danny.
En su caso, cuando lo detectaron estaba en una etapa temprana, pero necesitaba urgente el tratamiento.
“Es algo con lo que aprendemos a vivir y a luchar todos los días, ya no es una sentencia de muerte como se creía antes. Aquí se empezó a dar el tratamiento antirretroviral en 1997 y era muy fuerte”, explicó Danny.
Según datos de ONUSida (2018), en Costa Rica hay poco más de 15.000 personas viviendo con VIH.
Pero Danny nos contó que en los últimos 12 meses se ha notado un incremento en el número de jóvenes de entre 15 y 18 años con VIH y que mucho se da porque le han perdido el miedo a las consecuencias de tener relaciones sin protección, confiados en que existe un tratamiento, pero lo que no saben es que deben mantener estilos de vida saludables y está preocupado porque en algunas escuelas y colegios les cierran las puertas a las charlas de sensibilización sobre el tema.
“La enfermedad ha evolucionado mucho en estos cuarenta años, pasamos de ser una enfermedad mortal a una enfermedad crónica. Si bien no hay curación, tomándose el tratamiento correctamente, disfrutará de una buena calidad de vida”, explicó el médico.
Si usted tiene una vida sexual activa, debe hacerse la prueba del VIH periódicamente, solo debe ir al Ebáis y pedirla. ¡No se confíe y piérdale el miedo!
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