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Pacientes pagan los platos rotos por atrasos en construcción de quirófanos del hospital México

Guillermo Rodríguez pasó dos días esperando que lo operaran, pero debió devolverse para la casa solo con unas acetaminofén

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Don Guillermo Rodríguez se cansó de esperar en los pasillos para que lo operaran. Foto: Cortesía: Angélica Rodríguez (Cortesía: Angélica Rodríguez/23/07/2018 don Guillermo Rodríguez tuvo que esperar una semana para que le operaran un brazo por la saturación de pacientes en el servicio de emergencias y ortopedia del hospital México. Foto: Cortesía: Angélica Rodríguez)

Guillermo Rodríguez pasó cuatro días esperando que en el hospital México le dieran una cita para operarle el brazo izquierdo, que se quebró al caer desde una escalera el jueves 19 de julio.

La caída fua eso de a las 11 a.m., y la primera atención de emergencia la recibió en la clínica Rodrigo Fournier Guevara, de Coopesain R.L., en Tibás, de donde llamaron a su hija Angélica Rodríguez para que llegara a cuidarlo.

El especialista que lo atendió le dio medicamento contra el dolor y le entregaron una referencia para que se lo trasladaran en ambulancia al hospital México. Debido al golpe necesitaban que lo viera un ortopedista para confirmar o descartar si un yeso sería suficiente.

Y entonces estuvo esperando que una ambulancia lo llevara al México, pero como no resolvían nada, al rato de esperar decidieron irse en un carro propio. No había esperanza de que una ambulancia llegara rápido.

A las 3 p.m. llegaron al México, donde se toparon con la sorpresa de que los servicios de emergencias y de ortopedia estaban repletos de pacientes y les tocaría esperar que una camilla quedara libre para ingresar a sala de cirugía. Sonaba sencillo.

“Como a las seis de la tarde le hicieron placas y le confirmaron que necesitaba cirugía, pero insistían en que no lo podían pasar hasta que se desocupara una camilla, así que lo sentaron en una silla a esperar”, comentó Angélica, la hija.

Esa espera la compartían otros pacientes repartidos entre camillas en los pasillos y sillas. Todos aguardaban lo mismo: un lugar para que los operaran.

“A un lado del pasillo están las camillas y al otro las bancas, había gente que tenía días esperando. Tuve la oportunidad de conversar con algunos (pacientes) y me preocupé más porque, aunque papá estaba tranquilo, no quería que se quedara en esa silla por días”, explicó la hija.

La Unión Nacional de Empleados de la Caja denunció las malas condiciones que tiene el hospital México para los pacientes y el personal médico. (23/07/2018 La Unión Nacional de Empleados de la Caja y la Seguridad Social denunció las malas condiciones que tiene el hospital México para los pacientes y el personal médico)

Las horas pasaron y como a las dos de la madrugada del viernes Guillermo ya no aguantó más sentado y le pidió a una enfermera que lo ayudara a conseguir aunque fuera un sillón para acostarse.

La espera continuó todo el viernes y se extendió hasta el sábado a las 2:30 p.m., cuando Angélica llegó a visitarlo y perdió la calma. Les pidió ayuda a los médicos porque ya habían pasado dos días desde el accidente de su padre y en el hospital no le habían resuelto nada.

“A esa hora el doctor le dio la salida, tal vez molestos porque yo no los dejaba tranquilos, pero ya mi papá tenía dos días esperando. Lo que más me molestó fue que cuando le pregunté a uno de los doctores si le iba a mandar algo me dijo que comprara acetaminofén y se la diera cada ocho horas”, explicó.

Lo mandaron para la casa con la información de que lo operarían en los próximos siete días.

Parece que cumplieron esa parte porque Guillermo debe volver al México este miércoles 25 de julio. Pero como dice el pueblo: ver para creer.

Al consultarle por este caso el director del hospital México, Douglas Montero, explicó que si una situación es grave se pasa de inmediato, que jamás se mandaría al paciente para la casa con acetaminofén.

Dice que pudo haber pasado que a Rodríguez le sugirieron irse ra la casa para que no pasara días esperando en un pasillo.

“Para nadie es un secreto lo saturados que están todos los hospitales de la Caja, pero se trabaja para que no se deje de atender a los pacientes”, dijo Montero.

Un viejo mal

La junta directiva de la Caja aprobó el alquiler de quirófanos para avanzar con las cirugías. Foto: Albert Marín. (Albert Marin)

No solo los pacientes se quejan de las malas condiciones de algunas áreas del México; tanto representantes de la Unión Nacional de Empleados de la Caja y la Seguridad Social (UNDECA) como el Sindicato Nacional de Enfermería (SINAE) han pegado el grito al cielo por la presión que hay sobre los trabajadores, que no pueden atender a los pacientes por la falta de quirófanos.

El faltante de salas en el México se inició en el 2014, cuando una falla eléctrica dejó en funcionamiento solo ocho de los quince del centro médico.

Ambos sindicatos le exigen al Gobierno una intervención para sentar responsabilidades con la empresa que ganó la licitación para remodelar los quirófanos y con la cual la Caja rompió el contrato por incumplimiento. Mientras se arregla la bronca legal, la junta directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social acordó alquilar quirófanos en hospitales privados para tratar de aliviar la lista de espera, que es de 22.000 operaciones.

El doctor Juan Antonio Ugalde, subdirector del hospital México, dijo que esperan presentar la propuesta (de los alquileres) a la Contraloría el próximo lunes 30 de julio para atender en esas salas alquiladas las especialidades de cirugía general, ginecología, otorrinolaringología y cirugía plástica y reconstructiva.

El contrato se haría por un año con permiso de extenderlo por tres años mientras se termina la construcción de los quirófanos del México que están en el pleito con la constructora.

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