Don Porfirio Briceño es uno de los familiares de Cupertino Briceño, el personaje a quien la historia señala como el responsable de que el Partido de Nicoya se anexara a Costa Rica el 25 de julio de 1824.

El familiar, quien es sobrino de quinta generación, habló con La Teja y dijo que es un orgullo saber que uno de sus tíos lejanos fue el impulsor de aquel movimiento que se gestó tres años después de la independencia de Costa Rica.

Este adulto mayor, de 82 años, reconoció que Cupertino no firmó el documento con el que decidían pertenecer a Tiquicia, pues se encontraba en Colombia haciendo negocios, ya que era comerciante.

Al acta le pusieron la chayotera 25 hombres de las familias Briceño, Viales y Rosales, quienes representaban a los aproximadamente 6.000 habitantes que en ese momento vivían en Guanacaste.

Don Porfirio relató que, según lo que ha escuchado e investigado, es a Cupertino a quien se le atribuye la famosa frase “de la patria por nuestra voluntad”, la cual habría dicho meses antes de la anexión.

“Me siento motivado y halagado porque es un privilegio ser parte de esta familia. Cada 25 de julio lo celebro porque ellos (los firmantes) lo hicieron con el corazón en la mano pensando en el futuro de la provincia. Todo lo que hicieron ha ayudado al país a tener más territorio y más opciones económicas, la idea de anexarse benefició a las dos partes”.

Este guanacasteco, quien es oriundo de Quebrada Honda de Nicoya, contó que la mayoría de su familia heredó las ganas de servir a la comunidad que tenía su tío.

“Hemos vivido bien, muchos de nosotros estudiamos, algunos ya están muertos, pero dejaron una huella. Yo me dediqué en la juventud a trabajar en la tierra, luego estudié y fui profesor de Ciencias y Letras (en la Universidad Nacional)”, comentó.

Briceño ahora se dedica a la agricultura, incluso, nos dijo que lleva en la sangre el espíritu aventurero de Cupertino, ya que a sus 82 años anda en caballo y bicicleta.

“Todavía recorro grandes distancias y por eso me mantengo un poco más”, dijo.

Tabaco, guaro y puerto

Doña Ligia González, quien pertenece al linaje de los Rosales (la otra familia que firmó el documento) se ha dedicado a estudiar durante muchos años lo relacionado con aquel histórico momento.

Ella fue catedrática en Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica y de la Universidad Nacional y comentó que uno de los motivos por los que sus parientes firmaron el acta de anexión fueron, en gran medida, por las facilidades de obtener patentes de tabaco y licor que habían en Costa Rica.

“En aquel momento estaba el puerto de Puntarenas que era muy importante para el comercio (exportaciones), eso llamó la atención porque estaba muy cerca de Guanacaste”, contó González, de 70 años.

Gracias a una propuesta suya, el 6 de julio del 2017, se declararon beneméritos de la patria a los 25 firmantes del acta.

“Cupertino no aparece entre esos beneméritos porque él no la firmó, pero también tuvo mucho mérito en lo que se logró”, explicó doña Ligia.

¿Quién era Cupertino?

De acuerdo con Rónald Castro, investigador de la historia costarricense, este héroe nació el 22 de setiembre de 1786 y murió en 1855, a los 69 años, las razones no están claras, aunque se presume que fue por causa natural.

Según la información recogida por Castro, en el registro de bautismo aparece calificado como “mulato” (mezcla con una persona blanca y otra negra) y sus padres fueron el capitán Luis Briceño y María del Carmen Viales.

Entre 1833 y 1836 ocupó los cargos de vicealcalde y alcalde en la Municipalidad de Nicoya, además tuvo seis hijos con Paula Bárbara García, ellos fueron Ciriaco, Josefa, Manuel Andrés, Manuel María, Manuel de Jesús y Sacramento.

“Ellos no se casaron, vivían en unión libre, por eso los hijos aparecen con los apellidos de la madre”, detalla el historiador.

Tanto Cupertino como los demás firmantes son recordados por las nuevas generaciones familiares como figuras importantes para la provincia, algo que esperan también lo sientan el resto de habitantes guanacastecos.

Este jueves se cumplirán 195 años de la anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica.