El Gobierno de la República presentó este lunes el presupuesto nacional 2026 en la Asamblea Legislativa, y desde ya el economista Leiner Vargas dice que hay un tema que preocupa mucho.
El ministro de Hacienda, Rudolf Lucke, entregó al presidente legislativo, Rodrigo Arias, el proyecto de ley con el contenido del presupuesto 2026, que comenzará a analizarse desde esta semana en la Comisión de Asuntos Hacendarios.
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Ahora que se va a terminar el periodo de gobierno de Rodrigo Chaves, en la presentación del presupuesto nacional se detalla que por fin habrá un aumento en seguridad, educación y la protección social.
Para el área de seguridad se presupuestan ¢50 mil millones más que en el 2025. Para el área de educación, ¢200 mil millones más, y para el sector social ¢109.300 millones más.
El presupuesto actual, es decir, el del 2025, es de ¢12.410.917 millones, mientras que el que presentaron para el 2026 es de ¢12.979.355 millones.
¿De dónde saldrá la plata para el presupuesto?
La mayor parte del presupuesto de 2026 se financiará con ingresos, el 61,3%, y el resto con endeudamiento; es decir, el 39,7%. Pero es precisamente sobre ese tema que Leiner levanta la voz.
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“Los datos brindados esta mañana (lunes) por el señor ministro de Hacienda en el acto de entrega del presupuesto de la República para el año 2026, nos llaman a la reflexión en los siguientes puntos. En primer término, tenemos que cerca del 40% del gasto se sigue financiando con recursos internos; es decir, es a través de financiamiento y no mediante impuestos, y eso significa que hay una presión fuerte en el mercado financiero por la participación del sector público.
“Segundo tema importante es que cerca del 42% del gasto se nos va entre pago de intereses y amortización de deuda. Esto significa que, mientras no acabemos con este mal de la deuda, vamos a seguir teniendo una presión muy fuerte sobre los presupuestos públicos”, aseguró vargas.
El economista afirma que, si bien es cierto, hay crecimientos marginales, apenas recuperando la inflación en educación y seguridad, la deuda en materia de salud y en materia de crecimiento real del presupuesto de educación sigue siendo una promesa no cumplida.
“Lamentablemente, el gobierno de la República, durante estos años, y el 2026 no será la excepción, ha estado poniendo como prioridad la estabilidad económica al crecimiento y al desarrollo.
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“El ajuste de cerca de 1% en el presupuesto para tener un superávit primario viene asociado con el no cumplimiento de las deudas con la Caja del Seguro Social, y un estrujamiento cada vez mayor a los presupuestos de educación, tanto de educación básica y media, como en la educación superior. De esa forma, lo que estamos viendo es un ajuste adicional en las finanzas públicas por el lado del gasto, dejándose de alguna manera un hueco en lo social importante para el año 2026″, expresó el experto.
¡Urge más plata!
Los números de este nuevo presupuesto sorprenden, ya que, aunque el país tiene años de estar en una crisis de seguridad y otra educativa, los tres años anteriores el gobierno recortó los presupuestos de educación y protección social, y subió muy poco el de seguridad.
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Para que usted se haga una idea, le contamos que el presupuesto educativo fue recortado cada año: en 2022 representaba un 5,9% del PIB, en 2023 bajó a 5,4% y en 2024 a 5,2%. En términos nominales, se pasó de ¢2.816 millones en 2022 a ¢2.601 millones en 2024.
En cuanto a la inversión social pública, que incluye programas de protección social, salud, vivienda, y bienestar, cayó; en 2020 era 24,2% del PIB, en 2021 bajó a 23,4% y en 2022 descendió a 21,2%. El presupuesto para trabajo y protección social presentó una variación negativa de alrededor de -20% entre 2024 y 2025.
En el presupuesto para seguridad, en los últimos años se han visto incrementos en algunas áreas como equipo policial y materiales para resguardo, pero también recortes en transferencias y gastos de capital en otros años recientes. Esos aumentos no han sido suficientes para hacer frente a la ola de inseguridad que vive el país.