Seis personas más denuncian al padre Mauricio Víquez Lizano por abusos sexuales cuando eran menores de edad

Testimonios serán enviados al Vaticano el próximo martes

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La Curia Metropolitana confirmó que ha recibido seis denuncias más por supuestos abusos contra menores de edad cometidos por el sacerdote Mauricio Víquez Lizano.

Esto quiere decir que en total ha recibido nueve acusaciones en contra del cura desde el 15 de mayo del 2018 a la fecha, por hechos que ocurrieron hace 20 años. Los denunciantes, todos hombres, ya son mayores de edad.

Las primeras tres acusaciones dieron pie a la apertura de una investigación eclesiástica cuyo expediente fue enviado a la Congregación de la Doctrina de la Fe, en el Vaticano, por aparentes hechos ocurridos cuando las víctimas tenían entre 13 y 16 años.

Estas seis nuevas denuncias (cuyo testimonio fue tomado por el Tribunal Eclesiástico de la Conferencia Episcopal) serán enviadas a Roma, Italia, el próximo martes para ser adjuntadas a dicho expediente, informó la oficina de prensa de la Curia.

Crudos testimonios

La Teja pudo conversar con uno de estos nuevos denunciantes, quien hoy tiene 34 años, y que nos comentó de forma anónima cómo fue que ocurrieron los hechos. Este joven hizo la denuncia hace un mes.

“Yo a Mauricio Víquez lo conocí en el año noventa y seis, yo tenía doce años, fui uno de los primeros monaguillos en la parroquia de Patarrá cuando él entró como párroco. En esa época yo sufría mucho bullying en la escuela, entonces me metía en la iglesia para refugiarme. Al principio todo fue bonito, lo único extraño de Víquez fue que impuso que los monaguillos solo podían ser hombres, pero era un padre con muy buena reputación y nadie sospechó. Él primero analiza a las personas, se supo aprovechar de mi situación de vulnerabilidad al presentarse como un protector. Además yo era humilde y cuando nos llevaba a un restaurante a comer era la gran maravilla”, comentó.

Pero un año después empezaron los abusos. Él cuenta que todo inició con frases como: “Somos amigos y tenemos confianza, ¿cómo estás con esto de la pubertad? ¿Ya tenés pelitos? Eso no es nada malo, somos hombres, no es nada que no haya visto antes, enséñeme”.

Así fue, según los que nos contó, como que comenzaron los tocamientos hasta llegar a cosas peores, como abusos en grupo, con dos o tres monaguillos más en la misma casa cural. La única persona mayor de edad presente era Víquez, quien tenía unos sofá cama y camarotes donde se quedaban a dormir los monaguillos de Tres Ríos y Patarrá, luego de ciertas actividades que terminaban tarde.

“Después de las actividades veníamos en el carro y le ponía la mano a uno en las marchas, con el timo de enseñarle, mientras tanto él ponía su mano en mis partes nobles”, comentó.

Al llegar a la casa cural decía: "Es malo dormir con boxer porque le corta la circulación a la parte baja del cuerpo, quíteselo y se cobija nada más".

Los papás de estos jóvenes, por su parte, estaban felices de que sus hijos estuvieran involucrados en la Iglesia y ni por la mente les pasaba lo que ocurría, pues las víctimas tenían miedo y vergüenza de denunciar, estaban seguros de que no les iban a creer.

"Yo por muchos años me reservé esto, ahora lo externo porque no me puedo ir de este mundo sin hacer algo para que Víquez pague por lo que hizo. Él se aprovechó de mucha gente y me hizo sufrir pesadillas, inseguridad, complejos, problemas con mi novia, ha sido una lista interminable de consecuencias”, indicó.

Alistan proyecto de ley

El diputado del PAC Enrique Sánchez, junto con Michael Rodríguez y Anthony Venegas, dos de las supuestas víctimas del sacerdote Víquez, preparan un proyecto de ley para aumentar el tiempo de prescripción de los delitos de abusos sexuales contra menores de edad.

Esto a raíz de que en el caso del padre Víquez ya prescribió (se acabó) el tiempo para ser procesado por la vía penal por estos nueve supuestos delitos, por lo que solo resta la sanción que le pueda dar la Iglesia católica. Al sacerdote se le impusieron medidas cautelares por lo que no puede ejercer actos propios del ministerio sacerdotal.

El diputado Sánchez indicó que a mediados de diciembre presentará en la corriente legislativa una iniciativa para aumentar de 10 a 25 años el tiempo de prescripción, ya que diversos estudios indican que cuando una persona sufre abusos sexuales sistemáticos de parte de una figura de confianza o de poder, se tarda mucho tiempo para tomar conciencia de eso y lograr la madurez y valentía necesarias para reconocer el hecho y denunciarlo.

De aprobarse, una persona podría hacer la denuncia hasta cumplir los 42 años.

La Teja intentó comunicarse con Víquez; sin embargo, al cierre de la edición no respondió el mensaje dejado en la recepción de su apartamento.