Nacional

Taxista al fin abrazó y besó a angelito que nació en su carro en Puntarenas

Conductor llevó a madre embarazada en su nave pero bebito se le vino a 75 metros del hospital

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Don Zet Salazar de 51 años tenía un clavo metido y era conocer a Yariel Mayorga Peraza, el bebé que nació en la parte trasera de su taxi, un Toyota Yaris 2009, el martes 18 de setiembre de este año a las 9:35 de la mañana.

El pequeñín tenía tantas ganas de conocer a su mamita, Floribeth Peraza de 28 años, que decidió venirse cuando estaban a tan solo 75 metros del hospital Monseñor Sanabria de Puntarenas, donde se suponía iba a nacer.

El tan esperado reencuentro fue este lunes 15 de octubre, casi un mes después del parto.

“Yo soy cristiano entonces me daba pena ver para atrás porque no quería verle sus partes íntimas, por eso fue que no pude mirar al bebé la vez que nació”, recordó el conductor.

Cuenta que lo de este lunes fue pura casualidad, ya que se toparon en las afueras del área de urgencias del hospital Monseñor Sanabria, después de una cita que tenían el pequeño y su mamita.

“Antes nos habíamos puesto de acuerdo pero no habíamos podido vernos. (Este lunes) yo iba manejando en el taxi, en eso escuché que me llamaron y frené, para mi sorpresa eran la mamá y el bebé, en ese momento se me llenó el corazón de alegría porque ahora sí lo puede ver a los ojos y saber quién es”, detalló.

Salazar dijo que aprovechó el momento para alzarlo y chinearlo, pues le gustan mucho los niños, prueba de ello es que es padre de cuatro hijos.

“Le di un beso en la frente y le pedí a Dios que lo cuidara en todo a él y a su familia. En un momento se me quedó viendo y claro, uno siente todo ese amor porque aunque él no sepa todavía que nació en mi taxi, yo siempre lo voy a recordar como una bendición”, añadió.

La mañana del nacimiento quedará para siempre en el recuerdo del chofer, pues nunca imaginó que iba a ser testigo de semejante sorpresa.

Detalla que el servicio se lo pidieron a eso de las 9:20 a. m. en el lugar conocido como calle El Arreo en El Roble de Puntarenas.

A pesar de lo soplado que iba para el hospi, fue a las 9:35 a. m. cuando nació el bebito.

En el camino, Flory estuvo acompañada por su amiga Mireya Segura, quien la tranquilizó para tratar de atrasar el parto, pero como ya lo saben, no lo logró.

“Ese día la mamá estaba tranquila, es una mujer bastante valienta porque casi no se quejaba. Ahora que nos vimos me agradeció por todo lo que hice pero más bien yo soy el agradecido porque me permitió vivir una experiencia tan única”, añadió.

Don Zet recordó que el día del nacimiento, el viaje no se lo pagaron, aunque eso no le importaba tanto como la salud del bebito.

“Jamás se lo cobraría porque era una emergencia, además yo fui el bendecido. Ese día tuve que lavar el carro porque estaba lleno de sangre pero la verdad valió la pena”, añadió.

No lo vaciló

Después del parto, Peraza nos dijo que lo primero que iba a hacer cuando viera al taxista era vacilarlo ya que lo notó bastante asustado el día que dio a luz y no era para menos, ya que no todos los días nace un chiquitín en una nave.

“Eso era lo que quería hacer, le quería preguntar si ya se le había pasado el susto pero lo vi tranquilo, lo que hice fue agradecerle por lo que hizo por nosotros y que gracias a él todo salió bien”, aseguró la feliz mamita.

Sobre esto, el taxista dijo que Flory no lo vaciló, todo lo contrario, le dijo que ya era parte de la familia por el esfuerzo que hizo aquella mañana.

“Me dijo que los dos estaban bien de salud y han ido a varias citas de control, yo me puse a disposición de ellos por si necesitan algo más, la verdad espero que esta no sea la última vez que los veo”, comentó.

Olivier Mayorga, padre del niño, también vio como su pequeño y el chofer se encontraron por segunda vez.

“Él agarró a mi hijo, lo besó y lo abrazó, le dijo que no quería que naciera en el taxi no porque lo ensuciara, sino por el montón de bacterias que había en el carro, le decía que era un ángel de Dios y que lo quería mucho”, añadió.

Flory nos dijo que aún no ha escogido a los padrinos de su hijo, por lo que no descarta que don Zet sea uno de los que considere para ocupar este “cargo”.

“(Risas) no se si me van a invitar al bautizo pero sí me gustaría estar ahí para acompañar al chiquito. No hablamos sobre eso de ser padrino porque no tuvimos mucho tiempo para conversar de eso pero yo voy a estar llamando para saber cómo sigue el niño”, añadió Salazar.

Bryan Castillo

Periodista

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