Un estudio de la Universidad de Oregón determinó que mantener una hora fija para acostarse puede reducir de forma medible la presión arterial en adultos con hipertensión, incluso sin cambiar la cantidad total de sueño.
Un hábito sencillo con impacto clínico
La investigación, publicada en la revista SLEEP Advances, analizó si ordenar la rutina nocturna podía mejorar la regulación del reloj biológico y favorecer la caída natural de la presión durante la noche. Los científicos no buscaron aumentar las horas de descanso, sino estabilizar el ritmo de sueño para lograr un mejor equilibrio fisiológico.
En la prueba participaron 11 adultos de mediana edad con diagnóstico de hipertensión. Durante la primera semana, el equipo registró los patrones habituales de cada voluntario. En las dos semanas siguientes, los participantes debían mantener siempre la misma hora para acostarse y evitar siestas durante el día.
Resultados medidos con el estándar más confiable
La presión arterial se evaluó mediante monitoreo ambulatorio de 24 horas, considerado el método más preciso para detectar variaciones entre el día y la noche. Con esta herramienta, los investigadores observaron mejoras nocturnas clínicamente relevantes, lo que sugiere que la regularidad en los horarios de sueño podría convertirse en una recomendación práctica para el control de la hipertensión.
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El estudio refuerza la importancia de los hábitos de sueño en la salud cardiovascular y abre la puerta a futuras investigaciones sobre cómo la consistencia en las rutinas nocturnas contribuye al bienestar general.
Nota realizada con ayuda de IA


