Doña Adela Sándigo Brenes es una verdadera triunfadora de la vida. Es una mamá llena de fe y positivismo que se levanta todas las mañanas llena de amor para sus hijas y para la vida. Siempre alegre y sonriente, ya sabe que nada la derrota.
A sus 51 años, esta vecina de Desamparados recibió el mejor regalo: un homenaje a su maternidad, a sus luchas y a esa fortaleza de guerrera inquebrantable.
La Teja, con el apoyo de grandes marcas, decidió consentir a mamás ejemplares en el Día de la Madre, llenándolas de detalles, cariño y sorpresas, como si fueran verdaderas reinas. Y doña Adela, que ha pasado pruebas muy duras, sintió que este día era un premio de vida.
“Fue un día maravilloso, me sentí chineada, querida y valorada como mamá. No me lo esperaba, y lo agradezco con todo mi corazón”, contó conmovida.
Fe y valentía
La maternidad de doña Adela ha sido todo un viaje de aprendizaje y fe. Con su esposo, don Alfredo Barboza, han formado una familia marcada por el amor y la fortaleza.
Su hija mayor, Kimberly, de 25 años, nació con microcefalia y desde el primer instante les enseñó a ver la vida desde otro punto de vista.
“Mi primera hija, al ser especial, me obligó a pensar diferente, a creer diferente, a aumentar mi fe y a crecer demasiado como madre para poder superar el primer golpe al entender que se tiene un hijo especial.
“Dios no le manda a cualquiera un hijo así, logré entenderlo y ahora me siento bendecida”, dijo con el corazón en la mano.
Durante más de dos décadas, Kimberly recibió atención en el Centro de Integración San Felipe Neri, en Desamparados. Hoy continúa aprendiendo, dos veces por semana, en clases que recibe en Guadalupe, bajo la guía de la profesora Cynthia Cordero.
Diez años después, llegó Jimena, la hija menor, quien hoy tiene 15 años. Su nacimiento trajo un aprendizaje distinto: el de criar a una niña sin discapacidad. “Fue otro crecimiento como mujer y madre, otra oportunidad que me regaló Dios”, confesó.
Batalla contra el cáncer
Hace cinco años, la vida de doña Adela dio otro giro cuando escuchó una de las palabras más duras: cáncer.
“Cuando uno escucha por primera vez la palabra cáncer en la vida de uno, inmediatamente piensa en muerte, en que se acabó todo”, recuerda.
La noticia fue devastadora, pero la impulsó a luchar con más fuerza que nunca. Se sometió a mastectomía, quimioterapia y radioterapia. Hoy puede decir, con el pecho lleno de orgullo, que es sobreviviente.
“Luché fuerte por mis hijas. Me puse en manos de Dios y di la gran batalla. Pasé el tratamiento siempre agarrada de Dios. Él nunca me soltó, siempre me acompañó”, cuenta esta sobreviviente de cáncer.
El ejemplo de mamá
A Kimberly le ha enseñado independencia dentro de sus posibilidades, apoyándola en tareas de la casa que le permiten sentirse útil.
Con Jimena, su esfuerzo ha sido acompañarla en los estudios para que pueda salir adelante. “Les he enseñado a luchar, a valorar la vida y a confiar en Dios”, dice con orgullo.
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Pero también sus hijas le han enseñado a ella.
“Al tener una hija con discapacidad, mi vida cambió por completo. Aprendí a ser madre sobreprotectora, a cuidar, a estar siempre presente. De mi hija menor he aprendido a esforzarme para darle una buena educación y un futuro mejor.”
Un día de reina
Empresas amigas como Hyundai, Artelec, Del Barco, Tiendas Ekono, Carnes San Martín, Caribbean Delights, Fort3 y Super Salón, se unieron para chinear a doña Cinthia Salazar (49 años), Patricia Solano (56), doña Adela y doña Miriam Ramírez (81 años), gracias a nuestra promoción ¡Gracias mamá! En la cual, por medio de nuestras redes sociales buscamos a mamitas bien pulseadoras de la vida.
Los chineos comenzaron con un cafecito en La Teja, y de ahí a un carrazo Hyundai Santa Fe del año que las transportó como reinas. La primera parada fue en Tiendas Ekono, donde cada una recibió ₡50.000 para comprar ropa.
“Demasiado especial poder escoger la ropita que una quisiera sin tener que pensar en el precio, eso me encantó”, comentó doña Adela.
Después llegaron los zapatos Del Barco en Mall San Pedro. Doña Miriam, consciente de su edad, escogió unos bajos, cómodos y abiertos. “Estos zapaticos me estaban esperando, están lindísimos”.
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Después de la ropita doña Adela se puso en las manos de profesionales del maquillaje y peinado de IECSA para una sesión de fotos en la Revista Perfil por eso le tocó modelar y le encantó.
Siguieron las buenas noticias con bolsas llenas de productos de Fort3 y una orden de ₡50.000 en Carnes San Martín, además de un juego de parrilla para compartir con la familia.
Hubo una comidita en el restaurante Caribbean Delights con rice and beans, agua de sapo y todo el sabor del Caribe.
Otra gran sorprezota la vivio en Artelec, con ₡100.000 en electrodomésticos, igual que las otras 3 mamitas.
“De una vez escogí un colchón que tanto me hacía falta. No tengo palabras para agradecer tanto chineo. Gracias porque cada noche recordaré con este colchón el día mágico que me hicieron vivir”, dice con tremena felicidad la mamita guerrera.