El silencio que ha rodeado la muerte de su hijo de 14 años, quien fue asesinado por proteger a su mamita en medio de una balacera, se convirtió en una tortura para Juan León, papá de Keylor León Brenes.
Seis años han pasado desde que Keylor León fue asesinado el 22 de setiembre de 2018, en barrio Cuba, San José.
Don Juan León mantiene vivo el recuerdo de su hijo, ha tenido que perdonar a los asesinos para poder seguir viviendo, aunque confiesa que su anhelo porque el culpable caiga se mantiene presente todos los días de su vida.
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“Ya no podía seguir viviendo con estos sentimientos, tuve que perdonar, hablar con Dios y entregarle todo porque cuando liberaron a los sospechosos que tuvieron hasta me dio un preinfarto, este dolor ha sido terrible para mí, no se lo deseo a nadie este dolor que acaba con la vida”, dijo.
Don Juan está seguro de que alguien sabe quién mató a su hijo y además dejó parapléjica a la mamá de Keylor, Marianela Brenes, quien no ha dejado de luchar por su condición, el papá aguarda la fe de que en algún momento el corazón de alguien será tocado y el OIJ descubrirá la verdad.
El día de la desgracia Keylor le pidió permiso a su papá para ir a visitar a su mamá a barrio Cuba. El joven salió de la casa en Calle Morenos, al sur de La Sabana.
Ya en barrio Cuba fue a recoger a la mamá, que trabajaba en un local chino. Ese día hubo una balacera, desde un carro dispararon a lo loco, mamá e hijo quedaron en medio del fuego, siendo inocentes.
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Ese día se enfrentaron dos grupos criminales.
El valiente Keylor agarró a su mamá y la protegió con su cuerpo, pero él falleció en el sitio. A su madre la llevaron al Hospital San Juan de Dios, tenía un balazo en la vértebra T9 y no pudo volver a caminar, pues su daño es un poco más arriba del ombligo para abajo.
Por el caso, las autoridades detuvieron a nueve personas que estuvieron en prisión preventiva, pero el 9 de marzo del 2021 los dejaron a todos libres.
“Ese día ni siquiera me informaron que se dictaba sentencia, fue un golpe terrible para mí, luego me habían dicho que por el crimen no los podían condenar, pero que por infracción a la Ley de Psicotrópicos sí, y al final todos salieron libres, yo solo he querido que la persona que me arrebató lo más valioso de mi vida sufra las consecuencias, pero hoy no se sabe quién me lo mató”, dijo el papá.
“El caso de mi hijo quedó en la impunidad. Considero que la investigación judicial fue desnutrida y sin el interés necesario para esclarecer lo sucedido, no pudimos continuar el proceso con una querella debido a los altos costos de contratar un abogado penalista”, dijo el papá.
Él prefirió apoyar a doña Marianella, quien no puede trabajar y asegura que vive agradecido con todas las personas que en algún momento la apoyaron.
Don Juan, muy indignado, asegura que hasta les dijeron que los sospechosos hasta podían demandar al estado por el tiempo que los tuvieron presos.
“Cada día le pido a nuestro Señor que trate con la persona o las personas que le arrebataron la vida a Keylor, a él no se le olvida nada”.
La familia de Keylor ha vivido un proceso muy duro, día a día.
“Yo lloro cada vez que veo en las noticias que una persona inocente fue asesinada, me pongo muy mal, hasta me tuve que pensionar porque ya no rendía igual en el trabajo, el dolor no me deja”, dijo el papá.
Don Juan nos contó que durante muchos años, cuando se dormía, tenía pesadillas, y trataban de que llegaba a buscar a su hijo y no lo encontraba, por lo que ahora duerme poco, Keylor era su única y más grande compañía.
“Me duele mucho cuando enciendo el televisor y veo que la violencia en el país cada vez es peor, siento dolor por esas familias que pierden a sus seres amados, porque yo sé el infierno que van a vivir, lo vivo a diario”.
La mamá de Keylor vive en una casita muy humilde en barrio Cuba, ha tenido que pasar internada por largo tiempo en el hospital a raíz de las secuelas del balazo.
“Ella necesita atención las 24 horas, la tuvieron que operar varias veces, porque necesitó un raspado en la pierna derecha, le quedó más corta la pierna, hemos estado luchando para que le den una pensión del régimen no contributivo, pero ha sido una espera demasiado larga, todos los días reviso el correo esperando una buena noticia para ella.
“El proceso ha sido largo y desgastante. Pero de verdad esperamos no ser olvidados por la justicia aunque haya pasado ya tanto tiempo, mi hijo la merecía, era un joven bueno, estudioso, un hijo amoroso”, dijo el papá.