Gustavo Adolfo Agüero Matamoros, de 43 años, era un taxista informal y un papá esforzado. Él fue víctima de la maldad al ser atacado y asesinado para robarle el carro con el que trabajaba.
La víctima fue vista con vida por última vez la tarde del viernes 23 de agosto del 2024, cuando aceptó hacer un servicio desde Pérez Zeledón hasta Buenos Aires, zona sur del país.
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Cinco días después, su cuerpo apareció en el río Grande de Térraba, boca abajo y desnudo, solo con unos tenis negras con blanco.
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Investigación y hallazgo del responsable
Las autoridades determinaron que la causa del ataque fue únicamente el robo del vehículo.
En octubre de 2025, la justicia llegó para la familia de Patico, como le llamaban de cariño. El responsable fue un sujeto de apellido Carranza.
De acuerdo con la investigación, la víctima y Carranza se toparon en un bar en Pérez Zeledón.
“Al sitio se presentó Carranza, quien conversó con Agüero para que lo llevara hasta Buenos Aires, zona sur del país. Minutos después, ambos se retiraron del lugar a bordo del vehículo propiedad del ofendido. En apariencia, una vez que Agüero trasladó a Carranza hasta el sitio acordado, éste, con la finalidad de apoderarse del vehículo, procedió a darle muerte a la víctima, provocándole lesiones en su brazo, en el rostro y en la mandíbula, para posteriormente lanzarlo al río Térraba, donde fue ubicado y rescatado el cuerpo”, señalaron en el Poder Judicial.
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Condena y sentencia
Carranza fue detenido por las autoridades y, en un procedimiento abreviado número 566–2025 del Tribunal Penal de Pérez Zeledón, fue condenado a 18 años de cárcel por los delitos de homicidio calificado y robo simple con violencia.