Karen Bedoya, su esposo Álvaro y el hijo de ambos, Emiliano, cumplen este viernes un mes de vivir en una pura angustia por no saber nada del consentido gato de la casa: Mateo.

Ellos viven en Sabanilla de Montes de Oca y el martes 5 de setiembre, en un descuido, el felino se salió y desapareció.

“Como media hora después de que se escapó ya no estaba en el barrio, fue algo extraño, no sé si fue que alguien se lo llevó o algo así, es un misterio. Desde ese momento empezamos a hacer volantes y a compartir fotos de Mateo en las redes sociales”, contó la mamá del gatico.

El miércoles de la semana pasada a Karen le volvió el alma al cuerpo porque vio que un hombre publicó una foto del peludito, luego de apareciera en una casa en Santa Elena de San Isidro de Heredia, por lo que de una vez se contactó con él.

“En el post, el hombre puso que habían encontrado ese gato y que lo estaban regalando porque no podían dejárselo, yo le escribí el mismo día que lo vi, sin embargo, él me dijo que lo había regalado hacía dos días a un señor, porque la publicación la había hecho desde el domingo.

“Yo le rogué que me dijera a quién se lo había regalado para buscarlo y explicarle la situación, pero él dice que no sabe el nombre, ni dónde vive, solo sabe que de vez en cuando pasa por la casa de él”, relató preocupada la mujer.

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Intensa búsqueda

Bedoya dice que el saber que el gatico está bien le da esperanza y por eso este miércoles aprovechó el rato que su hijo estaba en la escuela para ir con un amigo hasta Heredia a buscar a Mateo.

“No puedo dejar que se aleje de nuevo, yo sé que está aquí cerca, entonces estamos pegando volantes en los postes y paradas de buses y además le preguntamos a las personas que nos topamos si han visto a mi gato.

“También estamos caminando por los barrios para ver si logramos dar con la familia que lo tiene, si tengo que dar rescate (platica) lo doy, pero mi familia necesita de vuelta a Mateo”, aseguró vía telefónica mientras recorría las calles.

Karen dice que el peludito es una parte importante de su familia; llegó a la casa cuando era apenas un bebé, por lo que se han encariñado muchísimo.

“La gata de una vecina quedó embarazada y solo tuvo un gatico, nosotros decidimos adoptarlo y ahora ya tiene un año y siete meses, es el consentido de la casa. Cuando mi hijo de ocho años se dio cuenta de que el gatico se perdió se pegó una llorada terrible porque él lo adora".

Otra de las preocupaciones de la familia es que el peludito está recuperándose de una operación, ya que antes acostumbraba a salir de la casa a darse vueltas y un día llegó con la pata trasera izquierda quebrada.

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Primero le hicieron una cirugía en la que tuvieron que ponerle tornillos y platinas en la patita afectada y hace dos meses le hicieron otra operación para quitarle esos aparatos, ya que el cuerpo los estaba rechazando.

“Como aún se está recuperando lo estábamos chineando un montón; ya él ni salía de la casa por los sustos y los tratamientos que le han hecho”, relató.

Karen espera pronto poder recuperar el gatico para que la paz y la tranquilidad regresen a su casa.