La vida de doña María Isabel Pérez, una abuelita de 87 años, cambió en cuestión de minutos cuando la crecida del río Potrero inundó su vivienda en Curime de Nicoya, arrasando con todas sus pertenencias.
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El agua y el lodo alcanzaron el techo de su casa, destruyendo muebles, ropa y recuerdos de toda una vida. Por fortuna, una de sus hijas logró rescatarla antes de que el río se desbordara por completo.
Doña María llora desconsolada por su casita, ella asegura que la tristeza le aprieta hasta el pecho.
“Ya no tengo dónde acostarme, donde sentarme, quedé en la calle, en la pura calle”, relató doña María con la voz entrecortada. La noche la pasó con uno de sus nietos, y al amanecer descubrió el alcance de la tragedia que empezó la tarde del jueves.
“Nadie esperaba que subiera el agua así y que lloviera tanto… y dicen que esto va a seguir”, comentó.
La familia teme que la abuelita regrese a la casa por riesgo de deslizamientos o que el río se lleve lo que queda de la vivienda.
Actualmente, doña María puede quedarse temporalmente con una de sus hijas, pero necesitan apoyo urgente, ya que viven en condiciones de mucha pobreza.
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Quienes deseen colaborar pueden enviar ayuda por SINPE Móvil al 6362-9974, a nombre de Ivania María Matarrita Pérez. Cada aporte ayudará a que la abuelita recupere parte de lo perdido.
Según Carlos Novoa, vocero de la Cruz Roja, en la región de Guanacaste se han reportado 102 incidentes por inundaciones, con 42 personas evacuadas: 17 de Curime, 25 de Casita y una en Paraíso de Santa Cruz. Los cantones más afectados por las intensas lluvias son Nicoya, Santa Cruz, Carrillo, Upala y Colorado.
Doña María es una víctima más de las lluvias intensas, que además se extenderán hasta el fin de semana.
Colaboró con está información el periodista Argenis Matarrita