Ana Julia Camacho Sandí, de 56 años, es otra de las víctimas inocentes que mueren por culpa de la delincuencia en Costa Rica.
Ella, junto con su esposo Álvaro Mora, con quien compartió los últimos 26 años, alcanzó muchos sueños; uno hace tan solo 22 días y el más reciente lo llevó a cabo su marido en honor a su amada, este viernes 1 de agosto.
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Mora visitó la Basílica de Los Ángeles, está vez caminó sin la compañía física de su esposa, pero la llevaba en su corazón.
“Nosotros todos los años hacíamos la romería, ella esperaba siempre esta fecha y la hacía por la mamá de ella, por la familia, por las enfermedades que padecía la mamá y también ella”, expresó don Álvaro mientras iba bajando por Ochomogo, Cartago.
Él salió la mañana de este viernes desde el barrio 15 de Agosto, en Tirrases, Curridabat, donde vivía junto con su esposa; cerca del mediodía él llegó a la Basílica de Los Ángeles, donde estuvo cerca de la Patrona de Costa Rica.
Anita, como muchos la llamaban, recibió un balazo luego de que unos hombres en moto dispararan de manera indiscriminada.
Este ataque ocurrió frente al negocio del matrimonio, un bazar, ella estaba al frente cuando sucedió el tiroteo, la tarde del sábado 19 de julio anterior; Anita luchó por su vida en el hospital Calderón Guardia, pero murió la mañana del martes 22 de julio anterior.
“Ana era muy servicial, amorosa y cariñosa, dedicada a su familia, a su mamá, siempre la visitaba de día por medio, de hecho la mamá vive ahí cerquita de donde nosotros, como a un kilómetro y medio, para ella era su vida, junto con nosotros y el negocio”, recordó el esposo.
Recordó que siempre le gustó ayudar a los demás.
“Ella me decía, ‘mientras yo pueda y Dios me preste vida, si alguien ocupa de mí, ahí voy a estar, Dios nos ayuda en cualquier momento’”, señaló.
Víctima inocente cumplió sueño hace 22 días
Al consultarle a don Álvaro si algo quedó pendiente para su esposa, sostuvo que considera que no, aunque afirma que querían seguir compartiendo una vida juntos.
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“Creo que gracias a Dios pude suplirle todo lo que ella necesitó durante 26 años que vivimos juntos, casi. Parte de las cosas que ella me decía, era que no quería morirse sin montarse en un avión, habíamos ido a Panamá, pero en bus y hace veintidós días fuimos a Medellín, Colombia, y estuvimos casi una semana por allá, ella quería saber qué se sentía viajar en avión”, recordó.
Anita estuvo feliz, pero siempre le preocupó la violencia que azota el país.
“Nosotros vivimos en un barrio que se puede decir que es marginal, ella, antes de salir, abría el portoncito y miraba hacia todos lados y después de ahí salía como corriendo hacia la casa porque le daba miedo todo lo que ocurre”, recordó el esposo.
Las autoridades judiciales señalaron que Anita sería una víctima colateral.
El día del ataque otras dos mujeres resultaron heridas, una de ellas falleció el mismo día del ataque en el parqueo de la Clínica Marcial Fallas en Desamparados, se llamaba Jazmín Cordero Hernández, de 39 años.
La tercer víctima sigue bajo atención médica.
Las autoridades judiciales investigan quiénes son los responsables de este atroz ataque y las verdaderas causas.
Haste este viernes 1 de agosto, han muerto 41 mujeres en este 2025, víctimas de ataques violentos, este total está dentro de los 514 homicidios en Costa Rica.