Doña Arabela Prado, de 85 años, y su hijo Rigoberto Vargas, de 63, estarán juntos para siempre, pues este jueves sus familiares y seres queridos les dieron el último adiós al sepultarlos en la misma bóveda.
La señora murió por causas naturales a la 1 a. m. de este martes 2 de noviembre en el hospital San Juan de Dios, en San José, mientras que su hijo perdió la vida a las 4 p.m. del mismo día, cuando la buseta en la que viajaba al velorio de su mamá cayó en un guindo en Colorado de Sabanillas, en Acosta.
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Mayra Vargas, hermana de Rigoberto, contó que a las 9 de la mañana de este jueves se realizó una misa en la iglesia católica de Caspirola de Acosta, donde vivían madre e hijo, para que sus allegados y seres queridos pudieran despedirse de ellos.
“Íbamos a sepultar a mami el miércoles, pero nos pusimos a pensar que deberíamos hacerles el funeral juntos, entonces llamé a la funeraria para ver si podían pasar lo de mi mami para este jueves y me dijeron que sí. A la misa llegó bastante gente, muchos tuvieron que quedarse afuera de la iglesia”, contó.
Después de la misa los cuerpos de doña Arabela y Rigoberto fueron llevados por sus familiares al cementerio de Caspirola, donde fueron sepultados en la misma bóveda en la que se encuentran los restos de don Filiberto Vargas, esposo de Arabela y padre de Rigoberto.
“Ahí van a estar los tres juntos para siempre”, añadió Mayra.
“Gracias a Dios estuvo bonito, hasta el tiempo nos ayudó porque no llovió. Ya ellos están descansando juntos”, dijo Mayra Vargas, hermana de Rigoberto”.
— Mayra Vargas, hermana de Rigoberto.
No pudieron ir al funeral
Mayra contó que lamentablemente sus otros familiares que viajaban en la buseta accidentada y que también resultaron heridos no pudieron asistir al funeral.
“Ya a todos les dieron de alta, pero solo el hijo (de Rigoberto) pudo ir al funeral, la esposa no pudo venir ni mi otro hermano, Olman”.
En la buseta accidentada iban Fredda --esposa de Rigoberto--, Rigoberto Alberto --hijo de ambos--, Olman --hermano de Rigoberto--, su hijo llamado igual que él y su esposa llamada Ivannia. Además, iba otro nieto de la viejita de nombre Junior y el chofer del vehículo, cuya identidad no trascendió.
Vargas contó que los últimos meses han sido muy difíciles para su familia, pues este es el segundo funeral que realizan en un año.
“Nos ha tocado muy duro, porque hace un año se nos murió mi otra hermana, Margarita, el 30 de noviembre cumple el año. Ella padecía de la médula ósea, estaba con tratamiento, pero se le pegó el covid y de una vez se la llevó”. recordó.
La señora dijo que en medio de esta situación tan ruda, su familia ha recibido mucho apoyo, sobre todo de personas que les enviaron platita para que pudieran hacerle frente a los gastos por el funeral de su hermano.
“Quiero agradecerle mucho a todas las personas que de una u otra manera nos ayudaron, algunos con platita, otros nos mandaron comidita y nos ayudaron en la vela de los dos, de verdad que sentimos el amor de muchas personas”.