Una familia tica enfrentará un juicio por el secuestro y la muerte del estadounidense William Creighton Kopko, conocido como Tony.
Según las autoridades, la banda al parecer la lideraba un ingeniero informático apellidado Morales Vega, de 27 años, y la integraban 11 personas.
Entre los acusados están la abuelita, la mamá, un tío y hasta la novia de Morales.
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La Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos confirmó que este miércoles en la tarde recibió la notificación de que el Juzgado Penal del II Circuito Judicial de San José elevó el caso a juicio.
Eso sí, los jueces le dieron el sobreseimiento a uno de los sospechosos, de apellidos Rivera Masís, pero la Fiscalía analiza la resolución para determinar si apela.
A los once imputados los acusan de los delitos de secuestro extorsivo con resultado de muerte, robo agravado y asociación ilícita.
Dentro de esta causa, la Fiscalía acusó al líder de la banda; a su abuela, apellidada Aguirre Leal, de 74; al tío de apellidos Vega Aguirre, de 49; también a su mamá, Vega Aguirre, de 48, y hasta a su novia, apellidada Solís Chaves, de 27 años.
Además de otros supuestos cómplices, de apellidos Ford Dowman, Martínez Chacón, Sanabria Abarca (mujer), Sánchez Gamboa, Jirón López y Medrano Vargas (los dos últimos son oficiales de Tránsito).
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La última vez que lo vieron
Creighton fue visto por última vez en setiembre del 2018 y el 10 de enero del 2019 lo buscaron en una casa en la Trinidad de Moravia, propiedad de la abuela del supuesto líder, pero no encontraron rastro alguno.
El cuerpo fue hallado en setiembre del 2019 en el cementerio de Quepos, en un nicho sin placa, esto gracias a una información confidencial. Una prueba dental confirmó que los restos eran del extranjero.
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La Teja realizó amplias entrevistas con la abuela, un tío del ingeniero, así como una maestra de apellidos Sanabria Abarca, quienes sostienen ser inocentes de esta situación.
De acuerdo con la investigación, el gringo era dueño de una casa de apuestas electrónicas (sportsbook), llamada 5Dimes, que estaba ubicada en el edificio Equus, en San Pedro de Montes de Oca.
Wálter Espinoza, director del OIJ, dijo que lograron determinar que la mamá del ingeniero supuestamente estuvo vigilando en las afueras de la empresa y, al parecer, fue la que avisó cuando el estadounidense salió del negocio. Esto habría ocurrido en setiembre del 2018.
Los otros miembros fueron alertados, entre estos los dos oficiales de Tránsito, quienes al parecer siguieron al extranjero y en Granadilla de Curridabat le ordenaron detenerse. No lo hicieron antes porque Tony, aparentemente, andaba dejando a un compañero de trabajo.
El estadounidense hizo caso a los oficiales y se detuvo. En ese preciso momento cuatro delincuentes que iban en un pick up gris alquilado le cayeron y lo metieron en ese vehículo.
El OIJ confirmó que el caso se trataba de un secuestro luego de que los familiares del extranjero recibieron una llamada de los maleantes pidiendo $5 millones (unos 3.100 millones de colones) por la liberación del hombre, al final solo se pagó un rescate de $1 millón en bitcoins (moneda virtual).