Un menor de edad de 16 años se las arregló para hurtarle el arma de reglamento a un policía y llevársela escondida desde La Tigra de San Carlos hasta el centro de Alajuela.
El hecho se dio este domingo. La Policía había recibido la orden de arrestar al muchacho porque había violado las medidas de protección que había pedido la mamá de él.
Según informaron las autoridades, el adolescente tiene un proceso judicial abierto porque, supuestamente, agredió a la mamá y por eso no podía acercarse a ella, sin embargo lo hizo.
La orden que recibieron los uniformados fue llevar al adolescente hasta un centro de atención de menores en Desamparados de Alajuela.
Según informó Enrique Arguedas, subdirector de la Fuerza Pública, debido que era una distancia larga al muchacho le hicieron entre dos y tres trasbordos de una patrulla a otra, en las zonas que limitan con las distintas delegaciones policiales de Alajuela.
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El vivazo se las ingenió para quitarle un revolver calibre 38 a unos de los oficiales que lo arrestó en La Tigra de San Carlos y se lo puso en la cintura, prensado con el pantalón.
En buena teoría cada vez que lo pasaban de una patrulla a otra los uniformados debían revisarlo, pero fue hasta que llegó a la delegación del centro de Alajuela cuando los policías se dieron cuenta de que llevaba el arma.
Polis se salvaron
Según confirmó Arguedas, el revólver estaba cargado, pero el sospechoso nunca lo sacó.
Cuando los agentes revisaron el arma decomisada se dieron cuenta de que era de uno de los compañeros de La Tigra de San Carlos.
“Ahora la Fiscalía decidirá si el muchacho enfrentará cargos, además del proceso que ya tenía, por portación ilegal de arma permitida o por hurto”, dijo el subdirector de la Fuerza Pública.
Arguedas señaló además que abrirán una investigación interna para determinar las circunstancias en las que se dio el hurto y qué responsabilidad tiene el oficial a quien el güila dejó viendo para el ciprés.