Las balas que recuperaron de los cuerpos de las seis víctimas de la masacre de Llano Bonito, en Buenos Aires, están siendo analizadas por los investigadores del OIJ.
Esto permitiría descubrir qué tipo de armas utilizaron para atacar a las víctimas y la trayectoria que siguieron los proyectiles, entre otros elementos importantes que reconstruirían el vil ataque.
La masacre cobró la vida de los esposos César Quesada y Alina Villarevia, de su hijo Daniel; de los novios Susan Zúñiga Rodríguez y Willy Borbón Muñoz, y del dueño de la finca, Stephen Paul Sandusky.
Además, los agentes trabajan en la victimología de las personas fallecidas, es decir, con quiénes se relacionaban, a qué se dedicaban, así como todo el entorno en el que vivían.
“Además, se está trabajando en el análisis de indicios que fueron recuperados en el escenario, para futuras comparaciones. Por el momento, la hipótesis más fuerte es el robo a la vivienda”, explicaron los encargados de la investigación, por medio de la oficina de prensa del OIJ, ante una consulta de La Teja.
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Agregaron que las diligencias en la propiedad ya finalizaron y los familiares del estadounidense, por medio de su representante legal, dispusieron de dicha propiedad.
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Esta masacre ocurrió el domingo 17 de octubre anterior y fue descubierta la noche de ese domingo por los papás de los esposos, quienes se preocuparon al ver que sus hijos no regresaban a la casa, pese a que tenían una actividad familiar por el cumpleaños del papá de César Quesada, cuando llegaron a la propiedad encontraron los cuerpos de sus seres queridos.
Este sábado, en el parque de Pérez Zeledón, hicieron una vigilia pidiendo justicia pronta por los fallecidos.