Escuchar:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/SH34SLGMTBAS5EOISJA7QYUXEM.png)
La Negrita de los Ángeles volvió a intervenir. Solo así me explico como la mañana de este miércoles no hubo una matanza en el corazón de San José, cuando un papá amenazado por su hijo fue rescatado por la Policía.
La lluvia de balas se dio en medio de un montón de curiosos aferrados a sus celulares grabando las escenas de horror.
“¡Que alguien me ayude con el señor!”, decía un hombre refiriéndose a un viejito, con bordón, que del susto cayó en media calle, pero ni a palos dejó de filmar. ¡Increíble!
Muchos chepitos como él que se toparon con el tenso momento solo acataron a desenfundar el celu, sin detenerse a reflexionar en que una bala perdida, del montón que volaron, pudo arrancarles la vida. Y los videos circularon casi que en tiempo real.
¿Qué nos pasa? como decía el desaparecido programa mexicano de Héctor Suárez.
“La gente no calcula el riesgo, tampoco calcula que ese momento (la grabación) dura un instante y que después la gente no se va ni a acordar de eso y a lo que se expuso”, explica Esteban Mora, experto en redes sociales.
“Es la oportunidad de grabar un evento poco común. Posiblemente si todos salen corriendo, muchos harán lo mismo, pero si uno se pone a grabar y calcula cuántos likes van a tener, otros van a hacer lo mismo por el miedo de perder el momento, esto está documentado”, añadió.
El sociólogo Guillermo Acuña agregó: “Me impresionó ver gente con su celular como si fueran reporteros, hemos perdido la sensibilidad en el sentido de que nadie vio el riesgo que se estaba viviendo en ese momento. Hacían tomas ante hechos que son riesgosos. Todo posiblemente por ganar muchos likes”, aseguró.
En Chepe no era Prohibido Mirar Arriba, y se permitía grabar en todas direcciones.
