El capitán Francisco Thomas, de 55 años, su perrita pescadora Osita y el marinero Jordan Torres se llevaron un tremendo susto el lunes 28 de enero cuando el barco en el que navegaban naufragó.
Ellos salieron ese día del puerto de Puntarenas y tenían planeado estar mar adentro varios días para pescar alguito y así recoger unos cincos, pero el viaje por poco acaba en una tragedia.
Thomas contó a La Teja que solo cinco horas después de haber salido del puerto su mascota empezó a llorar como si presintiera que algo malo iba a pasar y eso le llamó mucho la atención.
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“Yo alcé la perrita para que se tranquilizara, pero seguía inquieta, luego fui al cuarto de máquinas y me di cuenta de que se estaba inundando, poco después se apagó el motor y no hubo forma de encenderlo.
“En cuestión de 20 minutos ya teníamos el agua por la cintura y no dábamos a basto para sacarla, entonces pedimos ayuda por radio y nos pasamos a un bote de remos a esperar. Por dicha era de día porque si hubiera sido de noche pienso que no la hubiéramos contado”, aseguró el pescador.
Una embarcación del Servicio Nacional de Guardacostas (SNG) de Caldera recibió el llamado de auxilio y se puso en marcha de inmediato. El Ministerio de Seguridad Pública (MSP) informó que el rescate se dio frente a isla Negritos, en el golfo de Nicoya.
Cuando los uniformados llegaron ya solo se veía parte del techo del barco de nombre Andrea, poco después terminó de hundirse.
Thomas estuvo pendiente en todo momento de su inseparable amiga Osa, ya que es su más fiel compañera.
Aunque las condiciones del tiempo eran complicadas y el mar estaba picado, los afectados se aferraron a la panga.
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Ya a salvo los pescadores y Osita se mostraron muy agradecidos con los guardacostas, incluso la perrita movía la cola y ladraba alegremente como si nada hubiera pasado.
“Osita me acompaña siempre a todo lado donde yo voy porque no tengo quien me la cuide. A veces me voy hasta tres meses a pescar con varios conocidos y me la llevo. Todos los marineros la quieren un montón y la chinean.
“Yo le llevo bastante alimento y agua porque si le doy comida de la de nosotros ella se enferma. La tengo desde hace dos años y desde ese momento la ando para arriba y para abajo”, agregó.
Búsqueda fallida
Luego del accidente, Thomas trató de recuperar la embarcación, ya que era su machetico de trabajo.
“El miércoles me fui con unos conocidos en un barco sardinero a ver si encontraba mi lancha para remolcarla, pero que va, no la vimos por ninguna parte en los dos días que estuvimos ahí.
“Yo la tenía desde hacía dos años, costaba unos veinticinco millones de colones y ahora tendré que seguir pagando el préstamo sin tenerla”, relató.
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El capitán dice que la angustia lo persigue a diario, ya que necesita volver a acomodarse.
“Estoy buscando alguna embarcación para volver al mar a pescar porque aquí en Puntarenas no hay trabajo, la única opción que tenemos es la pesca, no hay de otra.
“Espero que alguien me contrate de capitán y si no al menos de marinero porque necesito ganar plata para mantenerme y para ayudar a mis ocho nietos, ellos me necesitan”.
Don Francisco dice que desde que él era apenas un jovencito de unos 15 años aprendió cómo manejarse en el mar gracias a su papá que también era capitán.
Ahora ese oficio, además de ser algo que disfruta muchísimo, es la herramienta que le permite salir adelante económicamente.
Ojos por todas partes
El rescate de don Francisco, Jordan y Osita fue parte de una de las acciones realizadas por el SNG durante el operativo Verano Seguro, que pretende resguardar la seguridad de los turistas tanto nacionales como extranjeros.
Los oficiales de los distintos cuerpos del MSP arrancaron con el programa el 23 de diciembre y la idea es prevenir delitos como robos, hurtos o asaltos y además evitar accidentes que acaben con la vida de los vacacionistas.