El creador de contenido Araya Vlogs vivió una experiencia que parece sacada de una película en Rusia: mientras grababa en Siberia, la Policía lo detuvo por volar un dron en una zona abandonada, lo sometieron a largos interrogatorios y, después de horas de tensión, terminó recibiendo una invitación para aparecer en la televisión del país.
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Araya contó que todo lo que vivió ocurrió tal cual y que no tiene ninguna queja contra las autoridades rusas. De hecho, dijo que entiende por qué lo detuvieron. Según relató, pasó cerca de seis horas siendo interrogado.
Explicó que estaba en Siberia grabando con un dron en una ciudad abandonada cuando llegó una patrulla.
“El policía se baja grabándome y me hace señas de que deje el dron en el suelo”, contó. Aunque obedeció, igual lo montaron a la patrulla y se lo llevaron.
En la delegación empezaron a preguntarle de dónde era y, cuando dijo que era de Costa Rica, el ambiente se puso más tenso.
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“No sé qué propaganda han hecho, pero creen que América es Estados Unidos. El jefe se alteró y dijo que iba a llamar a Seguridad Nacional. Nos quitaron los abrigos, el dron, los celulares, todo”.
Recordó que, debido a la tensión entre Rusia y Estados Unidos, su presencia con un dron les pareció sospechosa. Aunque le habían permitido entrar al país con el equipo, le dijeron que no estaba permitido volarlo.
Mientras lo interrogaban, le hicieron consultas sobre su vida, sus viajes y su trabajo. Gracias a sus redes sociales pudo demostrar lo que hacía. Sin embargo, después llegó el Ejército y trasladaron a otra estación.
“Nos montan a la perrera, nos llevaron a la estación principal y empezaron otra vez las preguntas”, relató.
Luego llegó un agente que, según él, parecía ser de Seguridad Nacional porque sabía todo lo que Araya había estado haciendo en Rusia.
“Me tomaron fotos como a un criminal, de frente y de lado. Me tomaron las huellas y me hicieron firmar que había roto la ley y debía pagar una multa que nunca me llegó”.
A pesar de la experiencia, aseguró que los rusos fueron amables. Cuando por fin salió después de horas de tensión, vio por primera vez las auroras boreales.
“Estaba temblando del miedo y del frío, y el policía me dijo que les tomara fotos si quería”. Incluso lo llevó al hotel, lo paseó por la zona y hasta le tomó fotos.
La locura no terminó ahí, más tarde recibió una invitación de la televisión rusa para un tour exclusivo en un teatro y una entrevista.
“Tenía cautela, pensé que era una trampa, pero no, me preguntaron por mi experiencia. Parece que no va mucha gente a esa zona”, concluyó agradeciendo que todo salió bien.


