El empresario Gary Austin, exesposo de Lynda Díaz, enfrentó varios problemas legales durante su vida, según diversos registros. A pesar de las controversias, su trayectoria estuvo marcada por sus negocios y la relación cercana con su familia hasta sus últimos días.
“Austin era un tipo que se dedicaba a las apuestas, pero los negocios no estaban dentro de los Estados Unidos, estaban fuera, en otros países, por un tema de impuestos. Y en Estados Unidos lo tenían fichado con la justicia por eso”, contó Rogelio Benavides a La Teja.
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Según el diario digital Sun Sentinel de Florida, en 2021 la policía realizó un allanamiento en la mansión de Gary Austin, ubicada en Plantation, Florida.
Documentos de la Corte Federal revelan que durante el operativo se incautaron casi 4,3 millones de dólares en efectivo, 61 lingotes de oro, cinco autos de lujo y un anillo de campeonato del Miami Heat.
La investigación se centró en una empresa ilegal de apuestas en línea, operada por Austin desde Costa Rica, que había generado más de 34 millones de dólares en ingresos ilícitos. En su momento, los fiscales señalaron que Austin no tenía ingresos legales, salvo un cheque del Seguro Social, pero detallaron que habría utilizado una red de corporaciones y fideicomisos nacionales e internacionales para lavar dinero y ocultar transacciones.
Durante el allanamiento, se confiscaron vehículos de lujo, incluyendo Mercedes, Lamborghini, Porsche Cayenne y Land Rover Range Rover.
Un patrimonio a pesar de sus problemas con la justicia
Rogelio Benavides, quien mantuvo amistad con Díaz y Austin, detalló que el empresario probablemente dejó un testamento antes de fallecer.
“Probablemente dejó algún testamento para heredar a alguien o a los hijos menores de Lynda, y no sé si al hijo mayor que tenía por fuera”, comentó el comunicador.



