Hay que entender el contexto entre el Cartaginés y el Sporting para comprender por qué los brumosos se quitaron un peso de encima con el triunfo de este domingo, 1 a 0.
Cartaginés es un equipo tradicional, con más historia, más afición, títulos. Un club importante en Costa Rica, el Sporting apenas tiene nueve años de fundado, nunca ha clasificado a semifinales y casi no genera arrastre de afición.
La lógica indica que en un duelo entre ellos, Cartaginés debe ser favorito.
Pero en los últimos dos campeonatos, el Sporting se metió en el camino de los brumosos y le ganó el último partido de la temporada regular (coincidentemente) y lo sacó de la clasificación.
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Ganar para Cartaginés era imperativo. Era sacarse de encima ese mono que se le pega al cuello y no lo dejaba avanzar. Con el triunfo de este domingo, 1-0, los brumosos son líderes.
Pero además, la victoria era necesaria para la confianza del equipo, por las bajas por lesiones y por adueñarse de un liderato que Alajuelense dejó a mercé la noche del sábado tras no poder vender a Guadalupe.
Ya lo había dicho el mismo Andrés Carevic en la conferencia de prensa anterior, luego del empate a uno contra Pérez Zeledón: “Es difícil (afrontar todo) por las bajas y no son bajas de una semana o de dos o de tres días, estará complicado, lo digo sinceramente y lo sabemos, pero vamos a seguir trabajando con todo”.
Cristhoper Núñez, Douglas López, José Luis Quirós, Carlos Barahona son algunos de los jugadores que se han visto afectados y ha habido más.
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Pero, este Cartaginés parece no arrugarse ante nada, porque el triunfo lo deja listo para esperar al Olimpia de Honduras, este jueves en el Fello Meza, por los cuartos de final de la Copa Centroamericana. Ganar era imperativo.
Tempranero
El gol de Johan Venegas cayó tempranito, a los ocho minutos, y en medio de una espera de casi cuatro mintuos mientras revisaban un posible fuera de juego. El VAR tiró las líneas, pero el Cachetón estaba bien ubicado.
Luego de eso, Sporting se creció y como que el Cartaginés entró en dudas.
Los dirigidor por Minor Díaz encerraron a los locales en su propio medio campo y asediaron la portería. Lo más peligrosos fueron remates de media distancia, de Josimar Méndez y Fabio Coronado, que el portero Kevin Briceño respondió bien.
Ese entusiasmo por igualar mermó un poco en el complemento, que fue más comedido. Cartaginés no se puso a hacer loco, sabe sus limitaciones, el momento de la temporada por el que atraviesa y el incómodo rival que tenía al frente.
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Por eso se paró bien atrás, atiempó el juego, cortó el ritmo. Fue inteligente con la bola en los pies.
En el puro cierre, Sporting tuvo el empate con un cabezazo de Daniel López que paró Briceño y en la reposición, el Cachetón casi se va de doblete, pero su remate salió desviado ante el achique de Leo Moreira.
Osito, posteriormente, paró un cañonazo de Claudio Montero un contragolpe comandando por Marco Ureña.
La segunda parte pasó sin pena ni gloria. Poca profundidad, poco remate y mucho esfuerzo de todos los protagonistas, pero los aficionados salieron sonrientes pues el cuadro blanquiazul recuperó la cima del torneo y va con buen semblante a esperar al Olimpia.