Paúl González, el joven jugador del Municipal Liberia pasó de hacerle la cruz a una pelota a convertir en realidad su sueño de convertirse en futbolista profesional, un logro que consolidó este sábado al estrenarse con gol en su debut con el primer equipo del conjunto aurinegro, líder del Apertura 2025.
El muchacho, de tan solo 16 años, marcó el tercer gol de los coyotes, en el partido contra Puntarenas FC (3-0) y su anotación provocó la euforia del camerino y de la comunidad de Felipe Pérez, en el cantón guanacasteco, en donde su familia y amigos celebraron con todo, incluso al borde de las lágrimas.
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Paúl está en el equipo Sub-21 de Liberia y el técnico paraguayo José Saturnino Cardozo lo tomó en cuenta para la pretemporada del equipo guanacasteco, así que el viernes anterior le comunicaron que viajaría con la delegación al Puerto. Y el resto ya es historia.
El extremo, quien es estudiante de décimo año del Colegio Santa Ana, una institución católica, que se ubica en la Ciudad Blanca, conversó con La Teja para hablar de sus inicios y sueños.
Marca personal: a Paúl le gusta jugar PlayStation, salir con sus amigos, escuchar música, ver series y películas y le gusta leer la Biblia e ir con su familia a misa.
“Me gusta estar cerca de Dios, porque sin Él no lograría nada de lo que tengo soñado para mi futuro”, expresó.
Un sueño
Paúl es el menor de dos hermanos y vive con sus papás, Luis Eduardo y Heilyn. Él recordó que cuando era pequeño no le gustaba el fútbol, para él su pasión eran los cuadernos, le encantaba estudiar y divertirse con una cimarrona que había por su casa.
“En ese entonces, un profesor venía a mi casa a darle clases a mi hermano Luis y a mí me gustaba el estudio y luego de los cuatro años me enamoré del fútbol y estuve en varios equipos del barrio. Después, me incorporé a las ligas menores de Liberia.
“Por mi edad debería estar en la categoría Sub-17, pero he estado en las categorías Sub-19 y Sub-21 y el torneo pasado, estando en la U-19 me convertí en goleador del equipo, marqué diez anotaciones y eso me sirvió para ser tomado en cuenta por el primer equipo”, comentó.
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Para este chiquillo, compartir con el primer equipo fue un sueño y lo dio todo para que el entrenador sudamericano se quedara con su buen trabajo y lo tomara en cuenta para la temporada.
“Hicimos la pretemporada en la playa y en la montaña, fue muy dura, pero provechosa y en mi caso me ayudó muchísimo a mejorar en la parte física, porque sinceramente me costaba llegar a los 90 minutos y ahora lo logro.
“Además, el compartir con jugadores como Keysher (Fuller), Waylon (Francis) y varios campeones nacionales es una motivación, porque además del conocimiento que transmiten, siempre están para los jóvenes y lo agradezco mucho”; comentó.
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Momento único
El viernes estaba en la casa con un amigo y en eso recibió un mensaje, en donde le decían que alistara las maletas, porque viajaría al partido que se llevó a cabo en el “Lito” Pérez. La alegría no pudo ser mayor. El camino a la Perla del Pacífico lo pasó tranquilo, pero emocionado y con ganas de jugar.
“Estaba muy contento, en el camino no me sentía tan nervioso, lo que pensaba era, si me daban minutos, entrar, irme con la bola y jugar con confianza”, aseguró.
Paúl quería romperla, sus papás le aconsejaron sacarle el máximo provecho a los minutos que le dieran. El juego estaba en las últimas, el marcador era 2-0 a favor de los aurinegros y el entrenador Cardozo hizo un cambio más.
Corría el minuto 89 y le dio la oportunidad a Paúl. Entró en lugar de Randy Ramírez y dos minutos después de tocar el césped hizo el tercer gol para los liberianos.
“Salí corriendo de la felicidad, no sabía para dónde correr, cómo celebrar y me acordé del Paúl que jugaba en la calle, que se escapaba para jugar bola y todos estaban felices por mi gol, me decían que podía dar mucho más y me inspiraron confianza. Estaba en shock”, relató emocionado.
Ubicado
El joven es consciente de que suma sus primeras armas en el fútbol y por eso, con la ayuda de su familia, trabaja para mantenerse con los pies en la tierra.
“No me desespero porque no me convoquen o porque quizás juegue pocos minutos. Si veo que no me llaman para un partido determinado, debo trabajar el doble para ganarme otras oportunidades.
“Afortunadamente, cuento con el apoyo de muchas personas, una de ellas es Wilson Muñoz, quien es entrenador de las ligas menores. Es una persona muy buena, confía en mí, me aconseja y he aprendido muchísimo con él, le agradezco mucho", detalló.
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Su mamá, doña Heylin, contó cómo vivieron el debut de Paúl.
“Mi esposo administra un supermercado y los fines de semana voy a ayudarle. Además, buscamos una entradita vendiendo comidas fuera del negocio. Ese día, a la hora del partido, ya estábamos recogiendo las cosas, viendo el juego y mi esposo me dijo: ‘viene Paúl para dentro’ y nos sentimos muy felices.
“Y cuando me dicen ‘goooooool‘, me volví loca, casi desarmo el negocio, mi esposo estaba casi llorando, teníamos sentimientos encontrados y la gente nos llegaba a felicitar, hasta lloraban porque todos lo conocen desde pequeño.
“Mi hijo ha sido muy perseverante, enfocado y siempre ha trabajado por sus sueños y verlo haciendo ese gol nos llena de ilusión, para lo que se viene”, dijo orgullosa la mamita.