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Directivo de Alajuelense que formó parte de la Doce: “No voy a ocultar mi pasado”

Sebastián Trigueros reconoció ser el canal entre la dirigencia y la barra y considera que eso ha ayudado a que no haya broncas

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El agotador tema de las barras en el fútbol volvió a aparecer luego de la bronca provocada por la Ultra en el clásico del domingo.

Para la gran mayoría de la afición estos grupos deberían desaparecer, pues no aportan más que sustos, malos ratos y problemas a los equipos.

Sin embargo, aunque suene contradictorio, en un club como Alajuelense hay un directivo que formó parte de la Doce.

Su nombre es Sebastián Trigueros, arquitecto de 37 años y prosecretario del equipo, al cual llamamos este lunes para saber cómo llegó a la directiva, si es verdad que estos grupos son muy influyentes y si otros como el fundado por él, llamado “Agrupación somos la Liga”, escogen el presidente rojinegro.

–¿Cuántos años estuvo en la Doce?

Entre 8 y 10 años, yo tenía 16 años.

–¿Por qué quiso estar?

Siempre me ha gustado militar dentro del liguismo, en su momento esa era la manera activa de dar algo más que estar sentado (en un partido).

Creo que salta a la vista lo que era la barra hace 30 años y lo que es hoy, es un grupo de apoyo. En aquel momento era más anárquico, había situaciones como la que se dio ayer. En ese tiempo vimos cosas que no nos gustaban y cuando tuvimos potestad, tratamos de dirigirlo un poco a lo positivo.

–¿Por qué se salió de la barra?

Creo que había cumplido un ciclo, empecé otros proyectos en la parte social para generar utilidades, fondos, trabajos con la afición y a participar en comisiones.

Fui el fundador de la organización de socios “Agrupación somos la Liga”.

–¿Somos la Liga lo integran exmiembros o miembros de la Doce?

Hay de todo, socios de distintos sectores del estadio, algunos estuvieron en la barra; no quiere decir que sea un espejo o sea la misma barra.

Como agrupación tenemos apertura a cualquier socio.

–¿Cuántas personas la integran?

Son unos 50 o 60 socios y lo orbitan 100 personas más.

–¿Qué quiere decir con lo “orbitan”?

Que no son socios activos del día a día, pero nos dan su aporte cuando se necesita.

–¿Qué cree que le aportan las barras al fútbol?

Va a depender de cada caso y del enfoque que tenga ese grupo. Lo más básico es el apoyo, no es para menospreciarlo, pero aquí y en cualquier lugar del mundo ves que el equipo va a celebrar con ellos, le guste a la gente o no. Bien o mal terminan siendo la cara visible de la afición de cada club.

–¿Qué hace un exmiembro de la Doce en una junta directiva ?

Creo que eso se lo pueden contestar mis compañeros (de junta), la asamblea (de socios).

Cuando llegué (a la directiva) sabía a lo que iba, sabía que había directivos que me veían de reojo y que tenía una doble responsabilidad, demostrar por qué merecía estar en la Liga.

Había un estigma social y a nivel de fútbol (por haber estado en la Doce).Yo llegaba contra un estigma que existía y mis proyectos ahora están en actas, tan es así que soy parte de una junta que fue reelecta y no sé qué irá a pasar de aquí a noviembre, más de una persona me ha pedido que continúe, no sé qué va a pasar con Fernando (Ocampo), pero me debo a este grupo.

Que haya pasado por alguna agrupación no me marca, sé que existía ese estereotipo, hay gente que me ve extraño porque tenía el pelo largo o ando tatuajes y me hace gracia que eso siga dándose.

No voy a ocultar mi pasado. No sé si soy el primero (que estuvo en una barra y ahora en una directiva), sé que no seré el único, tengo compañeros de vida que pasaron por la barra y son perfectamente elegibles para estar en una directiva.

–Que usted haya estado en la Doce y ahora sea directivo, ¿ha ayudado a que la barra manuda no se meta en problemas?

Posiblemente y no porque esté yo, sino que se ha abierto un canal de comunicación que antes no existía entre dirigencia, institución y afición.

La fuerza grande de la Liga es la gente, no podemos golpearla en la cara, todos somos la Liga, a partir de eso se ha generado un canal directo, uno no puede obviar o negar algo que existe. Fue un error histórico por mucho tiempo.

Siempre alguien se saldrá del saco, pero a nivel nuestro está controlado y más bien hemos buscado ampliar el espectro de participación de ellos.

–¿Es cierto que la agrupación Somos la Liga es la que escoge al presidente de la directiva?

Bueno, no puedo darlo tajantemente, me parecería un irrespeto a la asamblea, los asociados.

Sí es cierto que somos una asociación democrática, cada junta se elige por mayoría de votos y la agrupación, a través de los años, ha demostrado trabajo y honestidad y se ha ganado el respeto de buena parte de la afición.

A otros tal vez no les va a gustar o les va a molestar, pero se han dado cuenta que nuestra intención es apoyar en lo que se pueda.Eso ha hecho que la agrupación haya crecido,es una fuerza importante, no sé si elige o no, pero va a representar un apoyo importante.

Cuando esta junta se formó, buscaron a la agrupación, a sectores del liguismo, tendencias importantes, grupos organizados que habían tenido participación.

–¿Pero entonces la agrupación sí tiene un peso importante a la hora de la elección?

Sí, claro, no puedo decir que es la única agrupación que elige, pero no puedo negar que tiene un peso importante en cuanto a presencia, socios, y ,sobre todo, en cuanto capacidad para trabajar por la Liga.

En aquel momento (2016), las personas que estaban con la intención de la papeleta de consenso, necesariamente pensaron que tenían que tomar nuestro parecer, se acercaron a la agrupación, nos sentamos y fue algo interno. El hecho de que me hayan elegido fue un honor por parte de mis compañeros.

Hay otros compañeros en otras comisiones (de Alajuelense).

–¿Por qué no desaparecen las barras o por qué deben seguir existiendo?

No es que deben existir por mandato, es algo que ha pasado de generaciones y de alguna manera se está renovando.

No es de atacar porque durante mucho tiempo esa fue la solución y fue un fracaso, el enfoque debe ser trabajar con ellos, en qué condiciones están, ver su fin, visión.

Lo que no está bien es cuando la barra se cree más importante que el club.

–Cuando usted estaba en la barra, ¿vio lo que dicen de que las directivas les compran entradas a los miembros de la barra, les pagan el bus, etc?

En la Liga siempre ha sido todo lo contrario, se ha nadado contra corriente. Cuando yo estuve hubo mano dura de parte de la dirigencia y creo que no aportó.

Nunca he visto que les den entradas, el apoyo pudo haber sido que luego de un clásico ellos guardaron los tambores en una bodega del estadio o se le avisó a la Unafut si ellos van a hacer algo en la gradería y, si eso conlleva una sanción (por ejemplo, cuando llevan bengalas o pólvora), estuvieron de acuerdo en dar su parte (de la multa económica).

Yo no es que pueda poner las manos al fuego de que no va a ocurrir un problema con la barra de la Liga, pero la conducta ha cambiado, han ido disminuyendo las acciones de ese tipo.

–¿Cómo coordinan ustedes con la Doce? ¿Quién habla con el líder de ellos?

Hay un canal directo dirigencia- barra, pero por obvios motivos yo, al ser un eslabón donde tengo comunicación con los dos, eso ha permitido que se tiendan vínculos de comunicación.

Eso no quiere decir que si mañana no estoy no se puede seguir dando eso, dependerá de quién dirija al club y la barra para que siga existiendo esa buena comunicación donde se busque aporte y no tratar de negar algo que existe.

Cuando se tiene controlado y se planifica es mejor que cuando se deja a la suerte, esa es la receta que hemos tratado de aplicar y nos ha salido.

Karol Espinoza

Bachiller en periodismo y licenciada en Comunicación de Mercadeo. Periodista de Deportes con más de 14 años de experiencia. Integra La Teja desde setiembre del 2006.

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