Este domingo se celebra el Día del Padre y queremos compartir una historia de un atleta que vio en su papá el modelo de inspiración para dedicarse al deporte.
Corría el año 2011 y don Marco iba a participar en una competencia junto con su hija y Daniel, quien entonces tenía 17 años, fue a apoyar a su papá, sin saber que ese día quedaría marcado, pues gracias a la disciplina de su progenitor terminaría convirtiéndose en el atleta que es hoy.
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Hoy, Daniel, con 31 años, se especializa en los 5 mil y 10 mil metros planos y además se dedica a su trabajo como ingeniero civil, y don Marco, con 71 años, sigue participando en competencias dentro y fuera del país. Ambos compartieron su historia de amor por el deporte y cómo una disciplina como el atletismo une más a padre e hijo.
Los inicios
Don Marco es deportista desde los 30 años y hasta el 2010 practicó ciclismo y luego le entró con todo al atletismo. Un accidente provocó que dejara el ciclismo y su hija Juliana lo invitó a participar en la media maratón de Miami.
“Daniel nos acompañó como espectador y al final de la carrera me manifestó su interés de correr carreras. Le propuse que empezara a entrenar y que participara conmigo en la siguiente media maratón de Miami 2012. Me tomó la palabra y el resto es historia.
“En el 2014, Daniel sintió la necesidad de contar con la asesoría de un entrenador profesional y yo, viendo su progreso, decidí seguirle por este camino. Si bien una sugerencia mía motivó a Daniel a incursionar en este deporte, es él quien me ha mostrado el camino para ser mejor deportista y mejor persona. Producto de ello, pude convertirme en maratonista y completar las seis maratones mayores”, destacó orgulloso don Marco.
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Daniel relató que le gustó vivir la experiencia de aquella carrera en la que participó su papá y por eso, le dijo que quería practicar el atletismo. El deportista del equipo de atletismo Coopenae comenzó a correr de manera recreativa y, poco a poco, fue tomando el deporte más en serio, al punto de convertirse en atleta élite y representar a Costa Rica fuera del país.
“Mi papá no solo me impulsó para dedicarme al deporte, sino que siempre está ahí apoyándome, pues sentía que podía tomarme el deporte más en serio y le cumplí la promesa que le hice de correr una media maratón. Esta es una hermosa actividad que compartimos mucho, siempre está cerca de la meta, esperándome cuando participo en una competencia, es una motivación y me siento muy agradecido por tenerlo”, añadió.
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Paciente y disciplinado
Don Marco contó cómo apoya en el día a día, no solo a Daniel, sino también a sus hermanos Juliana Marco, Juan Carlos y Ana Laura.
“He tratado de estar siempre a su lado, apoyándolo en todo lo que necesite. Daniel es una persona muy estructurada y disciplinada, sabe lo que quiere y siempre estudia y planifica sus metas.
“El atletismo fomenta la perseverancia, la paciencia, la humildad y el conocimiento de nuestras habilidades y limitaciones. La suma de todo ello es la base del éxito. Daniel tiene todo eso, así que lo que tiene que hacer uno como padre es estar a su lado para lo que él requiera”, comentó.
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El ganador de la prueba de los 10 mil metros de la Copa Nuevo León, que se celebró en marzo pasado en México, apuntó cuál es el mejor consejo que le ha dado su progenitor.
“Desde niño se ha preocupado por inculcarnos valores, ser un ejemplo. Mi padre es una persona disciplinada, perseverante, con mucha paciencia y siempre aplico esos valores en el ámbito familiar y laboral.
“Me ha ayudado a crecer como persona, en el ámbito deportivo y personal. Él se pensionó hace unos años, pero mantiene su disciplina, sigue entrenando y hace poco participó en la maratón de Boston. Ha sido un papá estricto, pero cuando debe corregirnos lo hace con mucha serenidad y nunca me he llevado un jalón de orejas fuerte”, expresó orgulloso Daniel, quien trabaja como ingeniero civil.
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Siempre juntos
El muchacho relató que además del atletismo, le gusta salir a comer con su papá y disfrutar del fútbol.
“Mis hermanos y yo nos independizamos, pero siempre guardamos el fin de semana para cumplir con nuestros padres y, además, nos gusta ver partidos de fútbol.
“Ahora es un poco más complicado por las carreras, pero cuando tenemos un chance nos gusta ver fútbol; somos saprissistas y nos gusta ver partidos en familia”, dijo Daniel.
Por otro lado, para don Marco, sus hijos son una bendición y habló del mejor regalo que ha recibido de sus muchachos.
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“Para mí el día del padre es los 365 días del año. Los hijos son una bendición y la vida gira en torno a ellos. Daniel, en particular, siempre ha sido fuente de orgullo y felicidad, como hijo, como estudiante, como deportista, como profesional y como persona.
“Nos ha tocado verlo crecer, desarrollarse y alcanzar sus metas, siempre a base de sacrificio, disciplina, esfuerzo y perseverancia. El mejor regalo que he recibido es precisamente ser su padre”, expresó.