Mientras Ricardo Blanco, lateral del Deportivo Saprissa, libraba una dura batalla física y mental, su esposa, Brenda Calvo, fue el pilar de la fe y el domingo, al saber que el jugador volvería a la cancha, no pudo contener el llanto, esas lágrimas que fueron una liberación después de tanto sufrimiento e incertidumbre.
Brenda nunca perdió la fe y en más de una ocasión le dijo al jugador que volvería a ponerse los tacos, para salir a cancha y, luego de más de dos años, Ricardo y su familia cumplieron ese sueño.
Brenda conversó con La Teja y habló del mar de emociones que vivió la familia este domingo, cuando supieron que el defensor de 36 años estaba en la convocatoria para el encuentro entre Saprissa y Puntarenas FC.
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Blanco estuvo en la suplencia e ingresó al minuto 86, en lugar de Kenay Myrie. Las personas presentes en el estadio Ricardo Saprissa gritaron, aplaudieron y mostraron todo su apoyo al futbolista, que no jugaba desde mediados del 2023, por una lesión en el tobillo derecho.
Calvo, aún muy emocionada, agradeció las tantas muestras de cariño que han recibido desde que se supo que Richi volvería a jugar y recordó las lecciones que ha dejado este proceso que vivió junto al jugador.
Así vivió Brenda Calvo, el regreso de Ricardo Blanco a las canchas
- ¿Cómo viven la recuperación de Ricardo y su regreso a las canchas?
Estamos agradecidos con Dios. Definitivamente es un milagro, estamos agradecidos con todos los ángeles que estuvieron en el camino, agradecidos con Saprissa también por el respaldo que le dieron y nos dieron a nosotros como familia durante todo este tiempo, y agradecidos también con el doctor del INS Carlos Ugalde Ovares.
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Fue un día muy emotivo para todos. Creo que los videos y las fotos hablan por sí solos y definitivamente yo siempre tuve fe, siempre se lo dije a él: “Yo te voy a volver a ver jugando”. Y bueno, hoy Dios nos lo está cumpliendo y definitivamente es un milagro.
- ¿Cómo fue la mañana de este domingo?
A todos los jugadores los citaron a las 9:30 a.m. en el estadio. Ricardo se fue para el camerino y yo me quedé en la gradería esperando. Y como tengo amigos en la prensa, le escribí a Adrián Méndez (periodista de Teletica Radio) y le pedí que, por favor, cuando se diera cuenta y tuviera la alineación, me la pudiera compartir para ver si estaba en banca.
Y cuando me mandó la foto y la abrí, estaba con la esposa de Nicolás Delgadillo y con mi hija, obviamente. Donde la vi y lo vi en la alineación, inmediatamente me puse a llorar y abracé a mi hija y la esposa de Nico me abrazó y hasta lloró conmigo también.
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Y he llorado mucho, cuando dieron la alineación en el estadio y los aficionados se levantaron a aplaudirle, también lloré cuando entró de cambio.
- ¿Sospechaban que volvería a jugar este domingo?
Ricardo sospechaba algo, porque Vladimir un día le preguntó cómo se sentía y él le dijo que se sentía bien. Entonces, él me decía: “¿Será que voy a estar en lista?” Y bueno, cuando nos despedimos en el estadio, yo le dije: “Dios está con nosotros, todo va a salir bien, vaya y disfrute”. Y él se fue, y ya él entró y dice que cuando Vladimir empezó a decir la lista, lo dijo a él de último y todos aplaudieron y ahí lloró, todos los compañeros estaban felices por él también.
- El verla a usted con su hija, abrazadas y llorando, cuando Ricardo iba a entrar movió fibras sensibles en mucha gente...
Desde que salió a calentar yo ya no estaba viendo el partido. Ya estaba viendo el momento en que Vladimir lo llamara y cuando lo llamó y lo vi quitarse el chaleco, me puse de pie e intenté grabar, pero no podía grabar, me temblaban las manos. Y ya ahí fue donde él entró y ahí fue donde empecé a llorar y abracé a mi hija.
- ¿Qué aprendió usted de todo esto?
Sé que primero hay que estar cerca de Dios siempre, pero nosotros antes de todo esto de la lesión estuvimos alejados de Dios, a pesar de venir los dos de familias practicantes católicas. Nos habíamos alejado de Dios y entendimos que sin Dios no somos nada.
Además, saber distinguir cuáles amigos están a pesar de las malas y cuáles no son amigos o aparecen solo cuando se está en las buenas y cerrar un poco más nuestro círculo.
Por otro lado, ver también la resiliencia de él, de afrontar toda esta adversidad de la mejor manera, siempre positivo, porque las veces que flaqueó fueron mínimas y a pesar de que siempre me hacía la fuerte estando con él, también tuve mis momentos en los que lloré yo sola o lloré con amigas que me escuchaban a mí, para que él no me viera a mí sufrir también.
No quiero mencionar gente porque sé me va a quedar alguien por fuera, pero un pilar fue el padre Denis Féliz de la Cruz, de la parroquia Inmaculada Concepción, en Tres Ríos, porque logró acercar a Ricardo a la iglesia y a Dios de nuevo.
Y aquí vamos para adelante y a disfrutar cada minuto, porque ahora, como él lo dice, ya eso es disfrutar. Ya pasamos por donde asustan.



