El exdelantero Argenis Fernández volvió a encontrar la luz luego de que su vida estuviera rodeada de oscuridad y cuando parecía que no había forma de volver a salir adelante.
Una lesión en la columna obligó al jugador a colgar los tacos en el 2016 y eso le provocó una severa depresión, perdió a su pareja y no encontraba forma de seguir, pero gracias a un conocido encontró a Dios y a partir de ahí, su existencia tomó un nuevo rumbo.
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Pese a que dejó el fútbol hace 9 años, nunca frenó su pasión por el deporte rey, que va más allá de cualquier molestia y hoy sigue vinculado al fútbol, como técnico del equipo sub-17 del Santos.
El Correcaminos es de la zona sur, pero vive en Guápiles desde hace años, una tierra en donde ha logrado desarrollarse como profesional, porque además de entrenador se dedica a la venta de ceviche y a nivel personal, porque es el feliz padre de tres hijos.
El exjugador rojinegro conversó con La Teja y recordó algunos de los momentos más difíciles de su vida.
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- ¿Cómo ha estado con el tema de su columna?
En realidad nunca supe cuál era la lesión que tenía, solamente me dijeron que tenía un problema en la columna. En la actualidad me molestan mucho las piernas y me duele mucho la columna y según los médicos, lo que tengo es un desplazamiento de vértebra.
Tenía dos opciones cuando me diagnosticaron la lesión: una era operarme, pero debía de jugar fútbol, porque me tenían que atornillar las vértebras y la verdad es que no me operé. El dolor no se quita, pero como ya no juego como antes, es más llevadera, llevo una vida normal.
- ¿En qué momento se dio cuenta de que necesitaba un cambio en su vida?
Mi primera relación se rompió cuando terminé de jugar y pasaron muchas cosas: me quedé solo, perdí mi familia, perdí la posibilidad de jugar el fútbol, perdí todo eso que el fútbol te da, y a partir de ahí entré en una depresión y hasta había pensado en quitarme la vida.
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Tenía un amigo que siempre me insistía en que fuéramos a la iglesia, que buscara a Dios y una noche en la que me sentía muy mal le escribí, pero no me contestó. Al otro día, se dieron una serie de situaciones y logró conversar con un pastor, y llegaron a mi casa, a las 7 a. m. y les conté todo lo que estaba pasando, cómo me sentía.
El pastor me dijo que había alguien que podía ayudarme, desesperadamente le pedí que me lo presentara y me dijo que era Jesucristo y ahí, en la sala de mi casa acepté a Cristo y sentí que se me vino una cubeta de hielo desde la cabeza hasta los pies, algo frío pasó sobre mi cuerpo y a partir de ahí mi vida cambió.
- ¿Y cómo ha sido su vida desde entonces?
Comencé a trazarme objetivos, mi familia se sorprendió porque tenía tres meses de estar en mi casa encerrado, no quería salir, no quería comer y ese día abrí las puertas de la casa, las cortinas, hasta sacudí y estoy muy feliz.
Actualmente vivo con mi pareja Meylin y mi bebé André. De mi primera relación nacieron mis hijos mayores, Yeikel y Yeickop y viven muy cerca de mi casa, nos vemos siempre y tengo una linda familia.
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- ¿El fútbol le ha dejado amigos?
Tengo a Fernando Sequeira, que jugó conmigo en Alajuelense y Santos, vamos a la misma iglesia y es uno de mis grandes amigos. Otro de mis amigos es Cristian Oviedo, tenemos una excelente relación desde hace diez años más o menos, somos como hermanos.
- Sé que han pasado unas semanas, pero, ¿qué opina del regreso de Óscar Ramírez a Alajuelense?
Óscar es una extraordinaria persona, tengo las mejores referencias de él como entrenador, como amigo, como papá. Antes de que volviera al primer equipo estuvimos juntos, porque él estaba con las ligas menores de Alajuelense.
Nos encontramos en el Ebal Rodríguez y hablamos de todo un poco, recordamos cuando fuimos campeones y coincidimos en que la falta de identidad del club le ha costado en los últimos años, que los jugadores sientan la camiseta y tener un camerino que aprenda a ser campeón.
- ¿Le hacía falta a Alajuelense una persona como el Macho?
Sí, por lo que él sabe y por lo que significa Óscar para el liguismo, todos saben que es el entrenador más ganador que ha tenido Alajuela y siempre le va a impregnar a sus equipos el corazón y la garra por querer ganar.
El día del clásico ante Saprissa (21 de abril) vi a los jugadores con otra actitud, los vi barriéndose, disputando bolas, esa garra de Óscar que le impregna a los jugadores y por ahí, Alajuela está ganando cosas y sé que le irá bien.
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- ¿Ve a Alajuelense alzando el título con Óscar en este torneo?
No será fácil, porque la Liga tiene una carga muy pesada. Pero, por ejemplo, cuando iniciamos el proceso con el “Popeye” Herrera no fuimos campeones, sin embargo, llevamos un buen proceso y cuando Óscar llegó por primera vez se encontró a ese grupo joven y logró el título.
No sé si lo logrará tan pronto, pero estoy seguro que lo logrará, porque él tiene la sabiduría y sabe cuál es la ruta y en un corto o mediano plazo dará muchas alegrías.