Hace tres años, Orlando Galo vio cómo se rompía su sueño mundialista, pues una sanción por dopaje lo dejó fuera de Catar 2022. Hoy, la clasificación de Costa Rica al Mundial 2026 depende de un milagro y por eso el volante no solo lucha por la camiseta, sino por evitar que su primera Copa del Mundo se desvanezca por segunda vez.
La familia del jugador aún recuerda con dolor aquel doloroso episodio en la carrera del jugador de 25 años y a días del encuentro clave contra Honduras, que podría definir si la Sele se sube al avión del Mundial de Norteamérica, mantienen la fe intacta de que el próximo martes se sacará un resultado positivo ante los catrachos y se dará el milagro.
Recordemos que a mediados de octubre del 2022, la FIFA notificó a la Fedefútbol que Galo arrojó positivo en una prueba de doping que se le realizó durante la gira de la Selección Nacional a Corea del Sur. Un mes después, Costa Rica debutaría en Catar contra España y luego jugó ante Japón y Alemania.
Don Orlando Galo padre conversó con La Teja desde su casa, en Herradura de Puntarenas, y habló de la suspensión que sufrió su hijo, que lo alejó de las canchas por un año.
“Yo tengo presente, como si fuera hoy en la mañana, por decirlo así, cuando convocaron a Orlando por primera vez en la Selección, con el profesor Luis Fernando Suárez, recuerdo que él fue a verlo a un partido entre Herediano y Grecia.
“Cuando nos enteramos de la sanción, nos dolió, claro, pero Dios sabe por qué hace las cosas, por qué él no fue al Mundial en ese momento. Fueron momentos de mucha angustia, somos humanos, pero nunca perdimos la fe y vamos a esperar a ver qué sucede”, expresó.
El padre de Orlando Galo está realizado
Don Orlando está realizado con lo que ha logrado su hijo en su club, el Riga FC de la primera división de Letonia.
“Estamos muy felices porque quedó campeón con el equipo, hace un tiempo estuvo lesionado, pero afortunadamente eso ya quedó atrás y él también está muy feliz, aunque nos haga mucha falta por estar tan lejos de nosotros.
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“Afortunadamente, ahora contamos con la tecnología y podemos ver los partidos en vivo y nos comunicamos constantemente. Orlando siempre quiere hablar con nosotros y logramos ajustarnos a sus horarios, a veces lo vemos en un partido a las 5 a.m.”, contó.
En la familia Galo la fe está intacta y le entregan a Dios cada situación de sus vidas. Por eso, el jueves pasado, luego de la derrota ante Haití, el orgulloso papá no dudó en enviarle un par de mensajes a su hijo, para motivarlo y hacerle ver que todo está bien.
“Yo le escribí que hay que tenerle fe a Dios, que esto es una prueba y no hay que desanimarse, es buscar cómo seguir adelante y él me respondió: ‘Pa, hay que tener fe y hay que darle gracias a Dios’.
“En estos días hemos conversado poco, pero entendemos que debe estar muy concentrado; sin embargo, no le miento, se desayuna, almuerza y cena con la angustia, pero queremos que todo salga bien”, comentó.
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Listos para apoyar
Don Orlando padre se alista para ver a su muchacho en el estadio Nacional, junto a los suegros del futbolista.
“El cierre de la eliminatoria está en veremos, siempre espero el gane, que se clasifique. Es duro, pero no hay nada imposible, sí se puede.
“En nuestra familia somos católicos y no perdemos la esperanza. Sé que será un partido difícil y se depende de otras cosas, pero todos queremos que Costa Rica vaya al Mundial, confiamos en que así sea”, expresó.
El más grande regalo
El padre del exjugador de Herediano también aprovechó para destacar las cualidades de su hijo, quien hace un tiempo logró hacer realidad el deseo de sus padres.
“Orlando es un muchacho joven, pero tiene la madurez de una persona mucho más grande. Soy una persona enferma, sufrí casi 3 infartos, soy cardiópata, diabético e hipertenso, y gracias a Orlando dejé de trabajar, hago cosas en mi casa, pero él nos ayuda con los gastos de la casa.
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“Por 30 años estuvimos pagando el alquiler de una casa, eran tiempos difíciles, porque a veces había trabajo y a veces no. Siempre quise tener una casa propia y Orlando, apenas comenzó a trabajar, fue ahorrando y ya tenemos el sueño de la casita propia.
“Él cubre nuestros gastos, siempre está al tanto de nosotros y por eso soy creyente de que Dios hace las cosas en el tiempo justo. Hace un tiempo Orlando no pudo ir al Mundial, pero sé que su oportunidad llegará en el momento correcto, porque es un gran hijo”, aseguró muy emocionado.



