Golazo de Deyver Vega le da al Herediano al menos la ilusión de soñar tras caer ante el Toluca

Un pepino de Deyver Vega a los 88 minutos le devolvió la confianza y al menos la ilusión de soñar al Herediano al caer 2-1 ante el Toluca en el estadio Morera Soto en el partido de ida de la primera ronda de la Copa de Campeones de la Concacaf

El objetivo de los cuadros ticos en Concacaf está claro por donde va enfocado, sobrevivir el día, a la mejenga que se tiene al frente, quedar vivos en las series para que la vuelta no acabe siendo un trámite.

A ese panorama se enfrentaba el Team y lamentablemente tuvo diversos problemas, pero en la balanza y el ánimo digamos que, al menos, quedó la esperanza de un partido que por un momento pintaba a paliza de 3-0 y acabó en un 2-1 gracias al VAR, como lo veremos

Los ticos ahora tienen que trabajar mucho para que la ilusión les dure más de un partido, pues en este caso les rendió 16 minutos y le cayó el primer pepino, jugada que fue un doble golpe, porque cuatro minutos antes se había ido expulsado John Jairo Ruiz.

Fue como un dejavú para el atacante, el año pasado, en agosto, en esa misma cancha, también un miércoles por la tarde también se fue de roja en partido ante el Águila de El Salvador por la Copa Centroamericana, lo que había ocasionado un fuerte enfado de Jeaustin Campos.

En esta ocasión no es para menos, se mandó con una plancha a la altura de la espinilla al rival, en un primer momento se salvó, le sacaron solo amarilla, pero el VAR, un elemento a tener muy en cuenta en este certamen, mandó a revisar la jugada y ahí sí no lo perdonaron. Eran apenas doce minutos.

Quedarse con diez ante un rival de la talla de los aztecas, era un golpe pesadísimo y esto se confirmó cuatro minutos después cuando Andrés Pereira la mandó a guardar con un derechazo que se clavó en el ángulo de Aarón Cruz.

Fue un golazo de esos que hay que sentarse a aplaudirlo, de esos que ningún portero del mundo te saca, puro talento, pero un palazo al ánimo del Team.

Esa sucesión de hechos hizo que todo cambiara, en los primeros diez minutos el Team salió con valor, pero con la ventaja Toluca se sintió a sus anchas y pasó a dominar desde muy temprano.

Era frustración lo del Team, lo de Jafet en la banca con el técnico mexicano Héctor Altamirano a su lado, quien finalmente pudo estar en el banquillo para ver como sus paisanos le pintaron la cara.

Es que no hay que hacerse los locos ni dejar que el patriotismo nos gane, los Diablos jugaron a media máquina y aún así les dio para llevarse una ventaja que pudo ser mucho mayor.

Con el 62% de posesión según las estadísticas de Concacaf, era claro quien tenía la pecosa y el manejo del partido, lo cual se echó a ver aún más en el segundo tiempo cuando cayó rapidito el 2-0.

Robert Morales, a los 59, cerró en el área pequeña un centro que vino desde la derecha que antes la logró desviar Francisco Figueroa, para que el rebote le quedara el anotador completamente solo.

Es una jugada para sentar a la defensa de los nacionales y hagan un mea culpa, Morales nunca tuvo marca, entró caminando sin problema, el zaguero más cercano, Everardo Rubio, solo sirvió para habilitar que no estuviera en posición prohibida. Se vio muy fácil.

Todo era cuesta arriba, a los 65 Alexis Vega puso el 3-0, lo que era la sentencia definitiva, de eso ni siquiera Jafet Soto podía tener esperanza de levantarse, un jugadón en el que les movieron la pecosa y quedaron bailados.

Pero así como el VAR quita, también da, pues tras revisar la jugada se anuló por posición prohibida de la estrella choricera, la esperanza ahí seguía, de buscar algo al menos para no irse en blanco.

A los 84 minutos entró a la cancha Deyver Vega en una situación muy complicada, a ver qué pescaba y en una extraordinaria jugada personal puso el descuento.

Vega se fue en una carrera, el zaguero Juan Escobar le salió a marcar y el tico le quebró la cintura con dos movimientos, para después reventarle el marco al brasileño Tiago Volpi. Hay vida en Heredia. La ilusión de hacer una hombrada y remontar en México la otra semana nadie se las quita, pero pinta muy rudo.