Joyita azul sorprende a todos los que se enteran de los años que lleva rodando

Cuando la gente suele ver el increíble Ford clásico de 1934 de don Juan Carlos Rojas, realmente se sorprende y queda impactada por cómo un auto de casi 90 años aún anda puras tejas y luciendo todo su garbo como en sus mejores tiempos.

El secreto no es sencillo, este vecino de San Sebastián ha invertido muchísimo en este y en otros autos que tiene en su espectacular garaje, en el que tiene 13 chuzos que impresionan a cualquiera.

Entre todos ellos hay unos más especiales que otros, como esta joyita azul a la que su dueño le tiene mucho cariño pues fue el primer carro que obtuvo cuando apenas tenía 18 años, en 1983.

“Yo empecé a trabajar en 1981, entonces en 1983 ya pensaba comprarme un carrito usado de esos años y este carro lo estaban vendiendo en un parqueo en Barrio México, entonces hablé con el dueño y le pregunté si lo vendía, porque era igual al de mi papá, solo que ese era amarillo.

“Este estaba todo original, la pintura, la carrocería, impecable estaba, lo único era que tenía el motor trabado y en ese entonces el señor me cobró ¢250 mil, yo le dije que lo que tenía eran ¢200 mil. El asunto es que hablando con él me lo dejó en ese precio”, destacó.

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La idea de don Juan Carlos era comprar un carro ordinario para tenerlo de uso diario, pero este le gustó tanto que sacrificó tener un auto para transporte por hacerse de uno al que le iba tomar un tiempo restaurar, especialmente por el tema del motor, el cual es ocho cilindros V8.

“Tuve que hacer el sacrificio de comprarlo y guardarlo como dos años para estar trayendo respuestos de Estados Unidos, porque al motor había que hacerle un ‘overhaul’ y después me tocó pintarlo. En eso duré un buen tiempo, porque después fueron otros dos años ya trabajándolo. Ya a finales del 86 lo tenía listo y finalmente puede andarlo como quería.

“Después de trabajar el motor, en ese tiempo no existía las posibilidades de hoy en día, tanto económicas como de buscar un buen mecánico ni la tecnología de hoy donde uno puede ver exactamente que quiere, todo había que hacerlo llamando por teléfono y así. Buscar a alguien viviera en Estados Unidos para explicarle el tipo de repuestos, era todo un reto”, recordó.

En Estados Unidos este tipo de carros le llaman “tres ventanas”, porque también está el modelo cinco ventanas, curiosamente es más valioso el modelo tres ventanas.

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“El carro se usa lo normal, una vez por semana, se le da mantenimiento igual que a todos los otros y no da problemas, tiene frenos de varilla, es caja de tres marchas y muy cómodo, además que por afuera es muy lindo, se ve muy elegante.

“Hay gente que cree que es un carro mucho más moderno, lo ven como antiguo, pero más moderno, no se imaginan que es del año 34. Piensan que es como de los 60 o por ahí, se sorprenden mucho al conocer cuál es el verdadero modelo”, contó.

En el frente de la nave, una silueta de un perro galgo lo adorna, todo un sello de la época para distinguirlo de otras marcas. A pesar de las décadas sigue siendo el orgullo de don Juan Carlos, entre tantas joyitas, por algo este se volvió tan especial.

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